Por Nicasio Rodríguez* para Diario Cuarto Poder | ¿Con o sin barbijos? La pregunta se hace cada vez más recurrente por estos primeros días del mes de diciembre, pero está más relacionada con las grandes y tradicionales reuniones familiares.
¿Afloja el Covid-19?
Esa es la pregunta que se hacen muchos tucumanos, con la mente puesta en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Y también un poco más allá para aquellos que quieren un descanso luego de este año pandémico.
Sin embargo, las autoridades provinciales no se animan a decir, por ejemplo, que las grandes reuniones familiares para las fiestas navideñas se podrían realizar sin inconvenientes, teniendo en cuenta que son fuente de contagio.
Una decisión muy meditada
La decisión merece un análisis profundo y está basada en la gran cantidad de pacientes que presentaron los síntomas tras haber participado o de reuniones familiares numerosas o de fiestas clandestinas, que proliferaron como nunca.
La capacidad de control de la policía fue superada en muchos de los casos. Hay que tener en cuenta que dentro de las filas policiales también se registraron contagios y que la cantidad de reuniones creció exponencialmente.
El COE no se expidió
Pese a que viene tomando diversas medidas de flexibilización, el Comité Operativo de Emergencia (COE) aún no se expidió sobre las fiestas navideñas y de fin de año porque aún faltan algunas semanas y se monitorea el comportamiento del virus.
Hasta el momento la cantidad de casos diarios se mantiene en poco más de 200, lo que indica que la curva se aplana con lentitud, lo que se atribuye al relajamiento en las precauciones que toman los tucumanos.
Son fundamentales los protocolos
Para cada una de las actividades que se están retomando, se aplican protocolos que deben cumplirse para asegurar la continuidad. Ha sido un año muy difícil para los diversos rubros como para echar todo a perder por la falta de precauciones.
El uso de barbijos o tapabocas, alcohol en gel, trapos con lavandina en los accesos, el distanciamiento y la capacidad de clientes según las dimensiones del local, seguirán siendo una constante al menos por ahora.
La responsabilidad social
Sin embargo, a pesar de que los controles no se deben relajar, lo importante es que sean los propios ciudadanos los que asuman la responsabilidad social que la situación amerita, mientras tanto se avance en las soluciones.
En esta etapa de distanciamiento social es importante justamente eso, respetar el espacio propio y el de otras personas, a fin de no exponerse a un contagio. En este caso, el uso de barbijo o tapabocas es ineludible, pese a las altas temperaturas.
El cuidado de los adultos mayores
Justamente las reuniones familiares pueden ser la oportunidad para reencontrarse con padres o abuelos, a quienes no se pudo frecuentar en medio de la pandemia. Las precauciones no están de más y menos la prudencia.
Si los casos no ceden, sería prudente que los festejos se circunscriban a pocas personas. En algunos municipios como en Yerba Buena, sus autoridades quieren poner un tope de 20 personas, lo que sigue resultando bastante gente.
Al aire libre
Otra de las soluciones, si el clima lo permite, podría ser concretar esa reunión familiar en espacios abiertos, como sucede con los bares que tienen esa posibilidad. De todos modos en este caso también se deben evitar amontonamientos.
Las opiniones a favor y en contra persisten. Sin embargo, todo parece indicar que aunque cedan un poco los casos, la Navidad contará con un elemento hasta no hace mucho ajeno: el barbijo.
*Columnista