Dos líneas de vallados se ocupan de separar a los militantes “verdes” de los “celestes”, contrarios a la interrupción voluntaria del embarazo.
Los alrededores del Congreso de la Nación amanecieron con los sectores bien divididos entre “verdes” y “celestes”, con personas ya movilizadas de uno y otro lado, de cara a una extensa jornada de debate en el recinto de la Cámara baja, donde se va a debatir la ley que busca que en la Argentina esté garantizado el acceso al aborto seguro y gratuito.
Como ocurrió en 2018, quienes apoyan la iniciativa, que conforman el sector de los “verdes”, que llevan el color de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, comenzaban a instalarse en la esquina de Avenida de Mayo y Entre Ríos hacia el lado de Corrientes.
Allí está montado el escenario desde donde hablarán sus referentes a lo largo de la jornada y la pantalla gigante que transmitirá la sesión.
Como ocurrió hace dos años en aquel debate, que terminó con el rechazo de la iniciativa en el Senado, en la calle, dos líneas de vallados se ocupan de separar a los militantes “verdes” de los “celestes”, contrarios a la interrupción voluntaria del embarazo.
En tanto, en Rivadavia y Entre Ríos, en la otra esquina del Congreso, se ubican los celestes con su lema “salvemos las dos vidas”. Allí también tienen su propio escenario y pantalla gigante.
A diferencia de lo que ocurrió en la votación de junio de 2018, esta vez no habrá un frío que cale los huesos sino todo lo contrario: verdes y celestes tendrán que soportar el calor de diciembre que promete llegar hasta los 34 grados a las 16. Un camión de Aysa ya está instalado en la zona para repartir agua y también barbijos.
Lo primero que llama la atención del sector verde es que ya hay más de cien personas, música y muchos puestos de comida.
“Tenemos mucha expectativa, ya no hay mucho más para debatir, ya dijimos todo lo que teníamos para decir en 2018”, dijo a Télam Karen, militante de la Campaña contra la Violencia hacia las mujeres, que llegó a las 7 para reunirse con sus compañeras que pasaron la noche frente al Congreso.
Sin embargo, aseguró que “las organizaciones feministas vamos a tener que seguir con la lucha porque con la objeción de conciencia -incluida en el proyecto y que permite a clínicas privadas no realizar abortos- vamos a tener que armar redes para acompañar a las chicas para que puedan el acceso garantizado”.
“El aborto legal es vida, no se pueden negar todos los riesgos a los que nos sometemos en un aborto ilegal, hay que correr la moralidad del debate”, añadió.
Pedro, un médico psiquiatra de Perú, es una de las treinta personas que pasó la noche del lado celeste. “Las personas que abortan después quedan con alienación y depresión y angustia, que no hay antidepresivo que las pueda salvaguardar de lo que hicieron, la conciencia les va a dictaminar que han matado a un ser humano”, le dijo a Télam esta mañana.
“No queremos un ministerio de la muerte”, “Matar un niño por nacer no es un derecho”, decían algunas de las banderas colgadas de las vallas de su lado, donde, además de la pantalla oficial, también se montó una segunda un poco más pequeña.
“Si el Congreso no está a favor de la vida, qué nos espera al futuro. Este es un país muy rico, pero más rico sería si tiene a Dios en su corazón”, insistió Pedro.
La Cámara de Diputados iniciará en una sesión especial citada para las 11 el debate de los proyectos de interrupción voluntaria del embarazo y el llamado “Plan de los 1000 días”, que establece una protección integral a la mujer embarazada y al niño hasta los primeros tres años de vida.
El dictamen de mayoría emitido el miércoles por un plenario de comisiones establece que “las mujeres y otras personas con identidades de género con capacidad de gestar” tienen derecho a practicarse un aborto hasta la semana 14 del proceso gestacional.
Asimismo, contempla que los centros de salud privados o de la seguridad social que no cuenten con profesionales para realizar la interrupción del embarazo por objeción de conciencia deberán prever y disponer la derivación a un lugar de similares características, donde se realice efectivamente la intervención.
En el caso de menores de 16 años que decidan abortar, se requerirá su consentimiento y se procederá conforme lo dispuesto en el artículo 26 del Código Civil y Comercial, que indica que “la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales”.