Por Pablo Batalla* para Diario Cuarto Poder | ¿Especulaciones frustradas? Aquellos que soñaban con una fractura dentro del oficialismo, entre propios y extraños, no la están pasando bien en este final de año.
Sucede que en el Justicialismo había más de un interés por la travesura de generar una grieta y abrir la puerta a supuestos potenciales candidatos a la Gobernación.
Desde esa perspectiva surgieron versiones sobre enfrentamientos y diferencias entre el gobernador, Juan Manzur, y su vice, Osvaldo Jaldo.
Los integrantes de la dupla gobernante lo tomaron como parte del folclore y, si bien reconocieron que no tienen un pensamiento totalmente idéntico –Manzur dijo que no son robots- se mostraron unidos en importantes actos, como la recepción de las vacunas contra el Covid-19.
La lectura que se hace de ello es clara: no son tiempos de división. La pandemia complicó todo lo que se pudiera haber planificado en un año previo a las elecciones nacionales de 2021.
Los posicionamientos quedaron de lado, toda vez que ya se habla de la posible suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). El pedido fue realizado por la Liga de Gobernadores, de la cual Manzur es uno de los gestores y animadores.
De concretarse la suspensión de las PASO, las candidaturas quedarían a definir en una mesa chica. En la mesa chica provincial los protagonistas son justamente los que integran el binomio gobernante.
Quedan fuera de ella aquellos que expresaron, ya sea en voz baja o públicamente, su intención de pelear por la Gobernación en 2023.
Falta mucho para que ese calendario electoral se active. Algunos referentes justicialistas escucharon los mismos cantos de sirena que llevaron al ex gobernador José Alperovich a intentar pelear el “Sillón de Lucas Córdoba” por fuera.
Al parecer, muchos no aprenden la lección y esperan que se les coloque el bonete de burros.
Muchos de los que alientan contienda interna, a la primera de cambio, se alinearán con quien aparezca como el potable sucesor de Manzur.
No podrán salir a la pista con un “muletto” porque se pueden quedar sin nafta como Reutemann, quien pasó a la historia del automovilismo como el eterno segundo.
Y todos sabemos que el que gana sale primero y el que pierde no importa demasiado la colocación.
La reunión con los intendentes en el lanzamiento del programa Argentina Construye Solidaria, el mandatario provincial anticipó que participaría luego de otro acto relacionado a las vacunas junto a Osvaldo.
Esa familiaridad generó que más de uno de los jefes municipales tragara saliva, mientras que otros suspiraban aliviados por no haber quedado entrampados en esa grieta.
La oposición, por su parte, no logra aglutinar fuerzas, porque las alianzas que se tratan de tejer chocan con la imposibilidad de encontrar denominadores comunes.
El intendente de Yerba Buena, Mariano Campero, apoyado por su par de Concepción, Roberto Sánchez, juegan al acercamiento con el jefe de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, cuyo padre representa lo más oscuro de la historia argentina reciente en la sangrienta dictadura militar.
Los radicales de tradición no avalarán esa alianza y levantarán las banderas que le costaron la vida a Pisarello.
Mientras tanto, los tiempos corren, y pese a que muchos afirman que no se habla de candidaturas, se están proyectando los posicionamientos, en especial para aquellos como los intendentes mencionados a quienes se les acaba la posibilidad de reelegirse.
El 2020 será recordado por la nefasta pandemia.
El 2021 será un año de reconstrucción de todo lo que quedó en ruinas por una situación que excede las previsiones y que aún depara sorpresas con una segunda ola de Covid-19 que se presenta más próxima de lo que se supone.
Habrá poco tiempo para hablar de política y mucho para trazar acciones de recuperación de los sectores productivos que son, en definitiva, sobre los que descansa la recaudación.
Sin embargo, el brindis por el año que se inicia será un breve descanso de la lucha por salir adelante.
*Analista político.