Este tipo de crisis de ansiedad suele aparecer de forma súbita y afecta a la parte física como emocional de quien lo padece.

La médica de Guardia del hospital del Carmen, María Angélica González, explica que “los ataques de pánico son crisis de ansiedad que aparecen sin aviso previo, con síntomas físicos  como taquicardia, sensación de falta de aire, visión borrosa, dolor en el pecho, dificultad para respirar; y con síntomas subjetivos como la sensación de muerte, mucha tensión, una intranquilidad grande y angustia”.

Y continúa: “Ante un episodio como éste, el paciente debe acudir a un médico psiquiatra y luego al psicólogo, porque el trastorno de ansiedad es una enfermedad médica. El ataque de pánico es un síntoma dentro de todos los trastornos de ansiedad, es como la expresión máxima dentro de éstos. También se conocen los trastornos obsesivo-compulsivos, fóbicos, depresión ansiosa, y cuando algún factor externo o interno desencadena una crisis de angustia, aparece el ataque de pánico”.

Los tratamientos a seguir son interdisciplinarios y los podemos dividir en farmacológicos y no farmacológicos. Dentro de los segundos está la psicoterapia, pero también encontramos regulaciones ambientales que hacen bien al paciente como la actividad física, llevar una buena alimentación y actividades de recreación que liberen su nivel de estrés. La familia cumple un rol importante, sobre todo con estas técnicas no psicoterapéuticas, es decir como elementos de distracción.

“Lo que sucede biológicamente ante un ataque de pánico es una hiperventilación, un aumento significativo del oxígeno en la sangre y una liberación muy pronunciada de los neurotransmisores. Éstos se liberan en pulsos de cinco minutos que son la dopamina y la noradrenalina, entonces se busca distraer al paciente por más de cinco minutos para que se corte esa liberación de neurotransmisores y el ataque de pánico ceda”, argumenta la médica.

Por otro lado, sostiene, para disminuir la hiperventilación hay que controlar la respiración con diferentes técnicas. Por ejemplo: inspirar en cuatro segundos, contener el aire en cuatros segundos, expirar en cuatro segundos; e ir aumentando en seis, siete segundos; por más de cinco minutos. O respirar como hacen en las películas dentro de una bolsa de papel para poder respirar el dióxido de carbono y disminuir así los niveles de oxígeno en sangre, que es lo que provoca esta sensación de no poder respirar.

“El ataque de pánico tiene un tratamiento que dura de seis meses a dos años, depende del paciente y el tiempo de evolución, pero hay que aclarar que sí se cura, no es una enfermedad crónica. Además, una persona puede tener episodios de ansiedad y ataque de pánico en casos puntuales como un duelo, el fallecimiento de alguien, una crisis, un accidente de tránsito, hechos que generan que la persona se sienta el riesgo y desencadena el ataque”, advierte González.

Ante una situación de estas es importante dirigirse al hospital o efector más cercano, o llamar al 107. Por turnos programados, llamar a Salud Escucha (0800-4444-999).

 

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