Por Profesor Pablo Ayub | El héroe mitológico y una dura tarea: Capturar el Jabalí de Erimanto. Uno de los 12 trabajos encomendados al semidios mitológico fue la de atrapar a una bestia que causaba grandes perjuicios a la gente.
En la mitología griega, el jabalí de Erimanto era un jabalí enorme que se alimentaba de hombres y de tal fuerza que con sus colmillos era capaz de arrancar árboles de raíz.
Se trataba de una criatura que por todo el contorno destrozaba las cosechas, los árboles y perseguía a los animales matando a sus crías y que vivía en Erimanto, un monte de la Arcadia y de la Élide.
Como cuarto trabajo Euristeo mandó a Hércules capturar al jabalí y llevárselo vivo.
La captura de este animal gigantesco no fue tarea fácil para Hércules.
Hércules encontró al jabalí y, persiguiéndolo durante varias horas, lo fue acorralando a una zona cubierta de nieve donde, saltando sobre su lomo, lo ató con cadenas y se lo llevó a Micenas vivo, cargándolo sobre sus hombros.