-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con este puesto de huevos de Pascua? ¿Acaso se dedicará a la repostería influido por esta ola culinaria de la tele?
-No, mi estimado amigo. Sólo le estoy cuidando el puesto a una jovencita que se la está rebuscando con esta fecha.
-¿O sea que hoy no piensa laburar?
-Estamos en Semana Santa y tengo la sana intención de reflexionar y descansar de los chismes de la política comarcana.
-¿Cómo? ¡No puede ser!
-¿Por qué? ¿Acaso no tengo derecho a descansar un par de días?
-Como dice usted: sipi. Pero ¿quién me va a contar lo que pasó con Federico Te Peché?
-¡Cállese! Usted no sabe la repercusión que tuvo nuestro diálogo en el mundillo político. Muchos referentes me llamaron para felicitarme…
-¿A usted? Pero si en el diálogo estamos los dos. A mi nadie me reconoce los méritos.
-No se sulfure que las felicitaciones eran para los dos mi querido amigo.
-Está bien, pero dígame algo, porqué se pinchó la llegada de Fede a la sede de San Martín y 25 de Mayo.
-Primero porque hacía falta mucha tutuca, y segundo porque iba a generar un quilombo interno mayor entre los muchachos peronistas.
-¿Era para tanto?
-Imagínese que Fede y otros jugadores firmaron en contra de la elección de Juan y que ahora se integre al Gobierno dejará más heridos de los que hay por los subsidios actuales que recibe el sector que representa…
-Claro, pero qué pasó con la elección de la nueva apoderada del partido.
-Un trámite lógico luego de la desafiliación del anterior apoderado.
-Pero se lo presentó como un logro.
-Y bueh, será que hay que celebrar algo, aunque se haya perdido la reelección indefinida…
-Sería mejor que en las Pascuas se alcance la paz.
-Sería lo ideal. La política es el arte de lo imposible.
-Así es, Eduard. ¿Me puede vender un par de huevos de Pascua?
-Como no. Aquí tiene.
-Gracias.
-Mire, aquí viene la chica. Páguele cuatro.
-¿Por qué? Si estoy llevando dos.
-Es que ya me comí dos a su cuenta.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!