Se trata de Augusto Daniel Jesús, un joven de veinte años que realizaba un curso de cuidado de enfermos dentro del edificio. La identificación se realizó en base a un estudio que realizó el Equipo Argentino de Antropología Forense.

La novedad fue revelada por el sitio www.fiscales.gob.ar, que informa que los resultados del peritaje ordenado por los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salúm y Leonardo Filiipini, a cargo de la Ufi-AMIA tras la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Del estudio para despejar una incógnita que se mantuvo durante dos décadas participaron también el Cuerpo Médico Forense que depende de la Corte Suprema y Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.

El joven, argentino, documentado y nacido en 1974, era hijo de María Lourdes Jesús, también fallecida en el ataque y de acuerdo con la información recabada de sus familiares, ambos realizaban un curso para el cuidado de enfermos en la sede de la institución.

A partir de la identidad certificada de la madre, los especialistas lograron determinar con un 99,999 por ciento de certeza los lazos biológicos entre los restos de ambos.

Entre las “irregularidades en el resguardo del cuerpo” de la víctima, la UFI-AMIA mencionó que los restos fueron ubicados “sin mayores precauciones” en el osario común de Chacarita, años después del atentado.

Previamente, pocos días después de la autopsia, tres falanges del cuerpo sin identificar habían sido seccionadas en presencia de agentes del FBI enviados desde Estados Unidos autorizados por el entonces juez Juan José Galeano “pero sin constancia alguna de que se hubieran realizado peritajes, o sobre el destino dado a tal muestra”, informó la fiscalía especial.

La búsqueda se había iniciado en el año 2002 tras el hallazgo de la cédula de identidad del joven entre los escombros del edifico de la mutual.

En vísperas del inicio del primer juicio por el atentado, el Tribunal Oral Federal 3 encomendó a la Policía Federal la búsqueda de Augusto Daniel Jesús para convocarlo, eventualmente, como testigo.

A pesar de que desde un comienzo se planteó la posible identidad de Jesús, su individualización no había sido concretada a raíz de “irregularidades” denunciadas por el nuevo equipo de la Ufi-Amia en su reciente “Informe de gestión”.

Los nuevos responsables de la Unidad Fiscal revisaron en el último años las constancias relativas al cuerpo sin identificar, requirieron la colaboración de forenses, de la División Rastros de la Policía Federal y de la Morgue Judicial para obtener un detalle de todo el material inventariado.

Para agotar la búsqueda se encomendó también a Interpol una “notificación negra”, que se destina a la identificación de personas fallecidas y se pidió un cotejo de huellas digitales con países vecinos y con registros provinciales, ya que hasta ahora la identificación dactilar de Jesús no había sido posible, a pesar de ser un ciudadano argentino documentado.

“La prueba genética, ahora, permite concluir la identificación por una vía independiente y sólida y resulta determinante respecto del vínculo de Augusto Jesús con su madre, de modo de permitir concluir su individualización”, indicó la Ufi-AMIA.

“La comprobación realizada ahora es contundente conforme a estándares científicos vigentes y a ello se suma, además, el respaldo coincidente de otros elementos del caso que los fiscales volvieron a revisar”, tales como el hallazgo de documentación del nombrado en el lugar del hecho y los testimonios de familiares, dice la información de Fiscales.

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