Contrariamente a lo que se había anunciado desde la Nación, los subsidios adeudados a las empresas de transporte de Tucumán nunca llegaron, por lo que ya se acumulan dos meses de deuda.
Fuera de la recaudación, que lejos de aumentar, cae por efecto del deficiente servicio, el único ingreso que tienen los empresarios del sector es el subsidio provincial, que se paga en tiempo y forma pero es significativamente menor que el nacional.
Con estos fondos, trascendió que los concesionarios están afrontando el pago de salarios con bonos semanales que oscilan entre los $ 10.000 y $ 20.000, lo que genera malestar entre los choferes.
La situación fue definida como una olla a presión por un referente del sector, que en cualquier momento puede derivar en que se rompa la tensa calma con la que se desenvuelve el transporte en Tucumán.
El cuadro se agrava si se tiene en cuenta que la Unión Tranviarios Automotor está enfrascada en un proceso de internas, lo que aumenta la posibilidad de que regrese el escenario de conflicto.
Fuente: losprimeros