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Fueron los primeros en cerrar y serán, probablemente, los últimos en volver a funcionar como lo hacían antes de la pandemia. Los boliches atraviesan una crisis sin precedentes: desde el comienzo del aislamiento obligatorio, cerraron alrededor del 40% y los empresarios del sector calculan que esa cifra ascenderá al 50% hacia mitad de año.

Rodolfo Di Pinto, presidente de la Federación de Entidades de Discotecas de la República Argentina (FEDRA) indicó que 1.600 locales bailables cerraron las puertas definitivamente a fines de 2020. En los últimos cuatro meses, calculan que se sumará un 10% más. En concreto, la crisis llevó a que se perdieran 100 mil puestos de trabajo.

Fuerte generador de empleos

Dentro de la actividad, tenemos dos o tres tipos de empleados: los de seguridad, los gastronómicos y los trabajadores de espectáculos públicos”, explicó Di Pinto. “Sin embargo, no se suele tener en cuenta a los empleados satélite, como tarjeteros, sonidistas, relacionistas públicos y todo ese tipo de personal, que es una cantidad importante”, agregó.

Abrir como bares

Tras nueve meses de paralización, en noviembre, el Gobierno autorizó a las discotecas como locales bailables clase “C” a reabrir como bares, con sistemas de burbujas y protocolos sanitarios adecuados a la situación. “Lamentablemente, la reconversión se hizo en muchos locales que ya cerraron, porque a varios no les funcionó el formato”, dijo Di Pinto.

Funcionar con protocolos

Para el referente del sector, la prueba de fuego que atravesaron fue la temporada de verano, en la que los locales bailables pudieron funcionar con protocolos. “Creamos una serie de reglas que cada jurisdicción adaptó a sus necesidades. Funcionó y eso quedó comprobado en la Costa atlántica, donde no se vio un aumento de casos como consecuencia de la apertura de boliches”, aseguró.

“Con buenos controles se puede funcionar”

“Lo que se hizo fue formar boxes de 2×2 o separados por cuerdas y no se permitía el ingreso de alguien externo a la burbuja. El grupo llegaba acompañado por personal de seguridad y la venta de bebidas era a través del personal gastronómico. Era como estar en una pista con amigos”, explicó sobre el protocolo.

En esa línea, aseguró que el principal problema que atenta contra la situación sanitaria en medio de la pandemia son los eventos ilegales. Señaló que se pueden clasificar en dos tipos: “Las fiestas clandestinas, que las hace cualquier persona y las que hacen pseudoempresarios, que no son de nuestra actividad y realizan eventos en salones habilitados para otra cosa”.

Por eso, pidió a las autoridades que apunten contra ese tipo de eventos y no que apliquen más restricciones que afecten a su sector. Sobre las nuevas medidas que implementaría el Gobierno en medio de la segunda ola de coronavirus, manifestó: “Después de aguantar un año y un mes, dos semanas más podemos sostener, pero si esto se prolonga en el tiempo, muchos boliches no van a soportar. No hay subsidios, seguimos pagando impuestos, pero no percibimos ninguna ayuda”, criticó.

 

fuente: tn

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