El contexto internacional. La degradada herencia del macrismo. Las tentativas que no pudo concretar. Movidas del presidente electo, locales y regionales, cómo trazar un perfil. Los furiosos lectores del subconsciente. Las acciones urgentes, el peso de la deuda. Lula libre, nada menos.
Para describir al nuevo orden internacional habría que acudir a la metáfora, al sarcasmo, a las distopías que pululan por doquier. La miniserie “Years and years” parece una novela rosa comparada con cualquier reseña de lo que sucede en “el mundo”. Una caterva de líderes irresponsables, con primacía de una derecha extrema, racista, xenófoba, discriminadora y violenta. Arde nuestro vecindario, América del Sur.
A primera vista, con miras estrechas, la Argentina parecería un remanso. Elecciones libres con alta participación, derrota del macrismo, alternancia, transición pasable, dólar quieto. Se trata de un espejismo o mejor, de una pintura incompleta: la economía está devastada, la población empobrecida, la deuda externa bate récords mundiales y propios (de por sí elevados).
La degradación institucional es otro legado del Gobierno. Si el presidente Mauricio Macri hubiera logrado todo lo que se propuso:
* Casi todos represores condenados por crímenes de lesa humanidad andarían libres merced al 2×1.
* La vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner estaría presa y proscripta.
* Regiría una reforma laboral regresiva que reíte de la Ley Banelco.
* Las elecciones se habrían realizado con voto electrónico, más vulnerable. Imposible de controlar por ciudadanos de a pie, fiscales o autoridades de mesa.
* Algún símil de Cambridge Analytica podría haberse entrometido en los comicios haciendo de las suyas, fraude eventualmente.
El último acápite lo agrega la (no tan frondosa) imaginación de este cronista. Todos los objetivos previos quedaron en grado de tentativa porque la sociedad civil, las movilizaciones populares, el peronismo, la izquierda, las instituciones sobrevivientes, le impusieron límites.
Con esos precedentes, el Gobierno y su ala mediática insisten en exigir “políticas de Estado”, una Moncloa criolla, “estabilidad” que garantice continuidad sin cambios. ¿Debería regir for ever la doctrina Chocobar, que transformó en política de Estado la convalidación del homicidio por la espalda? Claro que sí, aunque se enuncie con otras palabras.,
¿Y la doctrina Irurzun, el arte de encarcelar opositores sin condena firme? Ahí el neo macrismo, intuye uno, irá proponiendo una modificación temporal. Debe valer para las administraciones anteriores y cesar a partir del 10 de diciembre.
Para poner fin a este proemio desolador, un llamado a la solidaridad. Se solicita que algún allegado a Macri le comunique que la campaña terminó, que los discursos respectivos carecen de sentido, que por mucho que siga macaneando el PRO deberá dejar de gobernar dentro de un mes la Nación y la provincia de Buenos Aires.
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Reparar y salir: El presidente electo Alberto Fernández atiende en varios mostradores, en hiperquinesis constante. Debe viajar relativamente lejos, a México, para encontrar un colega amigable y constructivo no asediado por la oposición. Los diálogos con el presidente Andrés Manuel López Obrador arrojan una pista sobre la región imaginada, bien tan distinta a la real existente.
Diversos gestos de AF insinúan un perfil. La gorrita de Braian, en la semana anterior. En la que hoy termina, las declaraciones sobre la interrupción voluntaria del embarazo, la crítica al encarcelamiento de Milagro Sala, los festejos por el fallo que liberó al ex presidente brasileño Lula da Silva, la visita a la Confederación General del Trabajo (CGT). Sumemos el largo palique con el presidente francés Emanuel Macron, la apertura en el encuentro del Grupo de Puebla con un sentido discurso inicial (un hallazgo: “Evo Morales es el primer presidente boliviano que se parece a los bolivianos”).
El relato macrista –escribe con acierto y gracia el sociólogo Daniel Rosso en el Dipló— “ha sido una máquina de leer el subconsciente del Frente de Todos”. Subconsciente tiránico desde ya. Cualquier frase sacada de contexto, anche una alusión (confesamente anacrónica) a Bugs Bunny, anticipan CONADEP salvajes, persecuciones, ministerios de la Venganza. Ningún periodista ultra M se animó todavía a hablar del Gulag pero quizá sea solo cuestión de tiempo.
Alberto replica a parte de los dardos mientras se concentra en lo esencial. Deberá gobernar, reparar cuanto antes los daños causados por el neoconservadorismo rapaz y rústico. El Plan Argentina contra el hambre, un inicio de reactivación, “poner plata en el bolsillo de la gente”, revisar la dolarización de las tarifas de servicios públicos.
El Gobierno, irresponsable al mango, libera el precio de los combustibles líquidos, eleva las tarifas, azuza la inflación, hiberna la puesta en marcha de la Emergencia Alimentaria.
Fernández amplió en el día a día la rotunda legitimidad de origen. Debe gestionar desde el día de la asunción, tiene experiencia, asume un desafío colosal.
La gobernabilidad, un zoom al planeta lo revela, es un bien escaso y volátil.
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Congreso, lógicas: El diputado Sergio Massa se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados, el macrista tratable Emilio Monzó. Habrá sesiones ordinarias y luego extraordinarias en el verano para abordar el Presupuesto, la ley de Góndolas entre otras menudencias.
Sin hacer profecías prematuras sobre el futuro de la coalición Juntos para el Cambio, todo indica que, con buena muñeca de los operadores parlamentarios, el nuevo Ejecutivo conseguirá que se vote la legislación iniciática. Contra lo que narra una leyenda urbana, entre 2003 y 2015 fueron escasos los períodos de mayorías aplastantes. Las renovaciones bianuales de las Cámaras constituyen un dato ignorado por opineitors afamados que se conforman con repetir “escribanía” como mantra. El repaso histórico les es ajeno.
En 2008, como consecuencia del conflicto con “el campo”, el kirchnerismo sufrió numerosas deserciones de senadores y diputados, tal vez más que las padecidas desde que asumió Macri. En 2009 le fue flojito en las elecciones de medio término. En 2011 arrasó y llenó las Cámaras (mitad y un tercio, ojo) con legisladores del palo. En 2013 volvió a perder, anche en la provincia de Buenos Aires.
Ahora apoyarán bancadas propias fuertes. Sumarán la cooperación inicial de los gobernadores de cualquier bandería que necesitan sobrevivir antes que confrontar de entrada. Está en el manual. Algunas fuerzas provinciales podrán, muy eventualmente, funcionar como árbitros y pedir contrapartidas. En esos casos, las bancas (alias porotos) se juntan de a uno y cobran vigor partidos provinciales. Al Frente Cívico de Santiago del Estero, Juntos por Río Negro, hasta al cordobesismo de Juan Schiaretti les convendrá, si median divergencias, pactar y cobrar. La radicalidad opositora frente a un gobierno puede habitar en el llano mas no en los territorios. Otra vez el manual, bolilla uno. Lo supo capitalizar Kirchner quien urdió la Concertación Plural (sin perdurabilidad pero esa es otra cuestión); también Macri supo tener su pax neocon.
Los primeros escollos para el presidente Alberto serán la cruda realidad, las necesidades acuciantes de millones de compatriotas, el peso de la deuda.
En el camino a la casa Rosada Alberto amarra mejores lazos con los gobernadores y visita la CGT antes de asumir. La plana completa de la Central le da la bienvenida, se suspenden por un rato las internas. Algunos gremialistas susurran sugerencias para el Gabinete, las filtran a la prensa.
Nada es permanente en ese cuadro promisorio. De nuevo, dependerá de las realizaciones y del nuevo rumbo. Del Acuerdo Social que debe plasmarse contra reloj, del más esquivo y difícil Consejo Económico Social, institución deseable y hasta necesaria sin precedentes locales cercanos.
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La innoble desigualdad: El paradigma económico dominante acentúa adrede la desigualdad entre países y dentro de sus fronteras entre ciudadanos. He ahí uno de los propósitos concretados del macrismo, un éxito de la política económica “para pocos”: la redistribución regresiva del ingreso, la caída del valor adquisitivo del salario. El fracaso del oficialismo dista de ser integral: le fue bárbaro como gobierno de clase. La inviabilidad atañe a su modelo de país. Reaccionario en gran dosis, una vuelta al pasado.
Rústico en el modo de fomentar la bicicleta, el acaparamiento y la fuga de divisas. Promovió el retorno arrasador del Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda externa, vieja forma de la dependencia acelerada por las nuevas tecnologías y el flujo del dinero a velocidad de la luz.
Reperfilar la deuda con los acreedores privados, renegociar los plazos con el FMI. Remar contra la corriente con contados aliados en el planeta… ¿Impactarán en el FMI los imponentes rechazos populares masivos contra sus recetas en tantas comarcas de América del Sur? La magnitud de la deuda argentina, opinan los optimistas, tal vez esclarezca al FMI, en defensa propia. El argumento que el gobierno peronista llevará a la mesa inclinada de las negociaciones fue patentado por Néstor Kirchner. Los muertos no pagan, déjennos crecer para honrar las deudas, difiriendo los plazos, con quita de los privados.
En condiciones peores, sin un ciclo de gobiernos progresistas en este Sur, sin altos precios de exportaciones primarias resurge y se enaltece el recuerdo de Kirchner, promotor de la igualdad y el ascenso compartido. Un disparate para la ideología de derecha, una bandera nacional-popular en una sociedad con vocación igualitaria.
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Ilusiones, despedidas y regresos: Macri armó un acto partidario en el CCK… republicanismo a la violeta. Será su despedida de ese edificio público, patrimonio cultural heredado. El ingeniero no construyó nada parecido, ni siquiera una Tecnópolis para ricos. Cuando desembarcó, los cambiemitas denunciaban que el CCK no podía usarse, por fallas de estructura, además de estar poblado por insectos, ratas y alimañas. Un ejemplo simbólico de un discurso que quiso homologar al kirchnerismo con una asociación ilícita pasando por alto años de bonanza, paz social, estabilidad política, sin opositores presos ni intentos de proscripción.
El peronismo reunificado llega con la misión de procurar equidad, de paliar la pobreza, de reactivar la capacidad industrial ociosa. Tareas tan complejas como encomiables, distantes de la vendetta o el odio clasista. Los que odian pierden los estribos en radios, diarios y tevé: periodistas, funcionarios o legisladores. Al nuevo Gobierno lo esperan misiones diferentes: congregar, sumar, representar a todos los argentinos, reparar. Salir del infierno, el clamor que recorre Chile, Ecuador y Brasil, solo por mencionar los casos más cercanos y conmovedores.
fuente: página12