El único que se atreve a desafiar a las razones futboleras que le recortan la credibilidad a la Selección es Lionel Messi. De un genio se espera que se rebele. Que no se entregue por el penal fallado contra Islandia y por la pasividad extrema ante Croacia. Que despierte. Que le diga a esta aventura rusa: “Acá estoy. Sí, soy el mejor del mundo”. Semejante fenómeno no debe resignarse a una despedida en primera ronda del que podría ser su último Mundial. Es por él y es por Argentina.
No es que Messi sea más importante que la Selección. Seguro que no. Pero sólo él es capaz de rescatarla de una oscuridad que asusta. Después de un año y unos días de ensayos y de pruebas que sonaban a revolución pero que derivaron en frustración, el equipo recorrió un camino circular para concluir en el mismo lugar donde había arrancado con Jorge Sampaoli. Falló el intento de renovación. Entonces, ahora y aquí, a partir de las 21 del martes (las 15 en nuestro país), el crack y los históricos se harán cargo de evitar que la Selección corone frente a Nigeria un papelón Mundial.
Lo que resulte de esta decena de claves marcará a Argentina para bien o para mal:
1) Los históricos, a favor y en contra. Será casi el mismo equipo base que llegó a las finales de Copa América con Gerardo Martino. Sobra experiencia. Con una diferencia: el tiempo pasó y los niveles de varios bajaron. La Selección promedia los 30 años de edad entre sus titulares. Sólo Messi y Di María cambian el ritmo del medio hacia arriba. Parece demasiado poco.
2) Un equipo de los jugadores más que del técnico. Después de la reunión del viernes que tantas polémicas disparó, habrá una formación con el 70% a gusto de los futbolistas y con el 30% según el paladar del entrenador. Los regresos de Rojo, Banega y Di María, tras haber sido borrados ante Croacia, debilitan a Sampaoli. El esquema es el que más comodidad les regala a Messi, Mascherano y compañía. ¿Y el cambio del 9? Parece ser más del DT el ingreso de Higuaín por Agüero.
3) La posesión. Será la búsqueda en el medio. Tener mucho la pelota para quitarle posibilidad de réplica a la veloz Nigeria. No cambiar golpe por golpe será el objetivo.
4) La cobertura de espacios. Argentina necesitará no resquebrajarse para evitar exponerse a los ataques picantes nigerianos. En una defensa sólida empezará a gestarse cualquier posibilidad de victoria.
5) La salida por abajo. Arriesgar lo menos posible debería ser un mandamiento. No sobran cualidades individuales para tocar desde atrás. Y tampoco confianza. A no dudar en saltar líneas con una pelota larga para luego ir por la segunda jugada.
6) El arquero. Atajará Franco Armani por Wilfredo Caballero, el de la desgracia ante Croacia. Debutará el de River en la Selección. En la conferencia se lo notó híper seguro. Se supone que no le tendría que pesar. Argentina requiere que no falle.
7) Nigeria. No es una potencia, pero vuela con libertad por todos los sectores de la cancha y es un adversario impredecible. Argentina, en condiciones normales, con un equipo bien conformado y con autoestima, debería ser favorita. El tema es que es un escenario raro, extraño. Por eso, primero a no fallar atrás. Luego, alguna jugada arriba aparecerá.
8) La duda sí es del entrenador: Desde el cuerpo técnico deslizan que Enzo Pérez tiene una molestia. Y se especula con Biglia o Meza en su lugar. Según averiguó Clarín, se halla apto para jugar. ¿Es una real incógnita de Sampaoli o es para generar una intriga en Nigeria?
9) Las emociones. El aliento de los hinchas en la puerta del hotel juega a favor y calienta el corazón. El dilema es la cabeza. ¿Qué pasa si Nigeria golpea primero? ¿Cómo reaccionarán estos jugadores que cargan una mochila pesadísima por las tres finales perdidas, una del mundo y dos de Copa América, en un país tan exitista que los tilda de perdedores en lugar de valorarlos?
10) Croacia. Desnudó todas las miserias de Argentina. Messi y los históricos les piden ayuda a los croatas: que no pierdan con Islandia. Tan espinoso es el escenario de la Selección que hasta necesita una mano ajena.
El mejor del mundo y sus compañeros no merecen cerrar un ciclo con un epílogo doloroso. A lo largo de casi una década, se ganaron un remate de los buenos. Fueron la excepción en un fútbol argentino y en una AFA que los abandonó. Parecía que ellos sí podrían gambetear ese espanto. Pero no. Aquí están, rodeados. ¿Hallarán la salida?
fuente: clarín