“No hay pruebas ni de su participación en el homicidio imputado primariamente, ni en el encubrimiento cuya condena ahora se busca”, señaló el magistrado, según publicó el diario El Observador.
También remarcó que el peritaje psiquiátrico a M. M., apodado “El Cachila”, arrojó que “presenta una tendencia a la mitomanía”.
Luego, el juez refirió que el acusado dio tres versiones distintas del hecho y que su descargo en determinados tramos y cuestiones puntuales “carece de espontaneidad o verosimilitud”. “La sola voz de M. M., relatando hechos poco creíbles por un lado, y contradictorios con respecto a las pruebas que se han acumulado, demuelen cualquier estructura seria que pretenda responsabilizar con certeza jurídica a una persona de la comisión de un delito”, afirmó.
De esta manera, el juez no hizo lugar al pedido de 10 años de prisión que había realizado en mayo pasado la fiscal Jésica Pereira en el marco de un proceso escrito, ya que el crimen de Lola ocurrió antes de que en Uruguay se implementaran los debates orales como en Argentina.
En tanto, por el crimen de la adolescente continúa detenido Leonardo David Sena (39), quien, según el fallo de hoy del juez Giménez Vera, en su declaración dijo que no conocía al “Cachila”.
Sin embargo, Giménez aclaró que no puede “decir que el caso esté cerrado” ya que el acusado no admitió “haber dado muerte a Lola Chomnalez”.
“Está científicamente ubicado en el lugar del crimen. Reconoce haber tomado contacto con las pertenencias de Lola y que sustrae dinero de la mochila, reconoce lo que es imposible no reconocer porque la evidencia científica lo coloca en ese lugar, pero niega la autoría del crimen”, manifestó, en tanto, Juan Willman, uno de los abogados de los padres de la víctima.
El femicidio de Lola Chomnalez
Lola (14) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014 y se alojó en la casa de su madrina, Claudia Fernández, quien se encontraba junto a su esposo, Hernán Tuzinkevich, y el hijo de éste.
Al día siguiente, la adolescente desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de médanos.
“El Cachila” fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima, pero en 2019 la Justicia uruguaya lo volvió a imputar y lo detuvo como encubridor al concluir que “estuvo presente antes, durante y después del homicidio” de la adolescente.
Desde entonces, los peritos de la Policía Científica continuaron con los cotejos de ADN con cada uno de los nuevos ingresados al sistema carcelario por otras causas y así llegaron al familiar del ahora acusado de ser el autor material del crimen.