Todos fueron asesinados a balazos. Un caso tuvo lugar en Mérida, y los otros tres en Balinas. La oposición acusa a colectivos chavistas del ataque.
Venezuela vivió ayer una de las jornadas más trágicas de las protestas populares contra el gobierno de Nicolás Maduro, con cuatro muertos y varios heridos, algunos de suma gravedad. De esta manera ya suman 24 las víctimas fatales en las últimas tres semanas.
Una de las muertes ocurrió en Mérida, un estado de gran efervescencia estudiantil, y las otras tres en Barina, la tierra natal del ex presidente Hugo Chavés, lo que implica todo un símbolo del malestar de los venezolanos. La oposición culpa de la violencia a los “colectivos” chavistas, grupos de choques utilizados por el gobierno para atemorizar a la gente.
Una de las víctimas en Mérida fue Jesús Sulbaran, un empleado municipal al que le dispararon en el pecho y murió al instante. En este caso el oficialismo dijo que estaba manifestando a favor del Gobierno, pero legisladores de la oposición lo desmintieron.
En la misma ciudad hubo cuatro heridos. Uno de los más graves es el estudiante universitario Daniel Infante, quien recibió un disparo en la cabeza y fue trasladado de urgencia al hospital más cercano. En un primer momento se dijo que había muerto, pero luego las autoridades explicaron que estaba con vida, aunque su estado es muy delicado a causa de la pérdida de masa encefálica.
En Barina también ocurrió un ataque similar. Maribel Guédez, diputada por ese estado ante la Asamblea Nacional, dijo que hubo “tres fallecidos a manos de colectivos” chavistas. Y citó los nombres: “Neiber Flores, Renzo Alvarez y Rafael López”.
La violencia creció desmesuradamente en las últimas semanas en Venezuela. Las imágenes de ayer en Mérida eran dramáticas. Trabajadores de la Cruz Roja tuvieron que levantar las banderas blancas para poder asistir a los heridos, como si se tratara de una guerra.
Estos hechos se producen en el marco del “Gran Plantón Nacional”, una convocatoria realizada ayer por la opositora Mesa de Unidad Democrática en los 23 estados del país.
En forma masiva, los venezolanos salieron nuevamente a manifestar su rechazo a las políticas del gobierno de Nicolás Maduro, con multitudinarias concentraciones a lo largo del país..
Los primeros hechos de violencia se vivieron en el barrio la California, al este de Caracas, donde muy temprano los servicios de seguridad buscaron disolver la marcha opositora con gases y balas de goma.
Axel Pérez, uno de los heridos, dijo que los uniformados llegaron de repente y comenzaron a disparar. “Le doy la espalda para que no me disparen a quemarropa en la cara, luego me meto en la panadería y ya estaban tres (policías) metidos ahí. Me agarran, forcejeo y logro escaparme y vuelven a dispararme, me cubro la cara y me dio en el hombro”, contó a los periodistas.
Luego la situación se calmó y se vivió una jornada de gran ebullición social, con concentraciones en centros neurálgicos de las grandes ciudades.
La mayor y más entusiasta fue en la capital venezolana. Miles de personas, de los barrios más aislados, fueron caminando encolumnados para nutrir la gran manifestación en el distribuidor Altamira. Desde media mañana fueron llegando los grupos, y cada uno que arribaba era aplaudido por la multitud.
Muchos venían de sectores lejanos, como Petare, que está a unos 12 kilómetros. Lilian y su dos amigas caminaron desde California, a unos 7 km. “Salí a eso de las 11 y recién estoy llegando”, le cuenta a Clarin Lilian, que venía con dos amigas de Petate, un barrio humilde a 7 km de distancia. “Viene mucha gente con nosotros porque todos los venezolanos…”, dice, y se frena pensativa. “Bueno, no todos, la gran mayoría, queremos un cambio ya, urgente”, completa.
La protesta fue pacífica, pero la indignación se notaba a flor de piel. Sólo bastaba una pregunta para que saltaran los insultos contra Maduro y su gobierno. La gente está harta de las carencias cotidianas, de la falta de alimentos, de medicamentos, de tener que hacer colas de todo un día para comprar un pollo o un kilo de pan. “Los venezolanos estamos sólo para sobrevivir. Trabajamos sólo para poder comer. Aquí ya no hay calidad de vida”, dice indignada María Gabriela, de la Universidad Católica Andrés Bello.
El grupo de estudiantes se pliega enseguida a su alrededor. Todos quieren hablar. “Queremos decirle al gobierno de Maduro que estamos aquí y que vamos a resistir pese a la represión. La idea es resistir hasta que podamos”, apunta Ramcel.”El discurso del gobierno se está cayendo. Ahora no pueden decir que solo son ‘chamos del este’ (jóvenes de sectores pudientes) los que van a las marchas. Aquí participan todos los sectores, también los populares de Petares, por ejemplo”, agrega.
Rápido se suma José Manuel: “Este gobierno siempre se respaldó en sectores populares pero ahora los sectores populares le dan la espalda porque en Venezuela todos la estamos pasando mal. Lo de esta ultima semana te lo demuestra”.
A partir de las 17 comenzó la acción de los “colectivos”, especialmente en Mérida y Barinas, con el trágico saldo final.
Fuente: Clarín