El Presidente vuela mañana desde Roma a Berlín para sumar respaldo estratégico a la negociación que ya inició con los bonistas en New York y el Fondo Monetario Internacional.
Alberto Fernández despliega una compleja agenda en Europa que tiene una sola pretensión política: evitar que la deuda externa caiga como su guillotina económica ante la imposibilidad de cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bonistas con sede en New York para postergar los pagos multimillonarios que vencen en un futuro cercano e imperfecto.
El Presidente trajinó ayer los despachos más poderosos del Vaticano e Italia para sumar consensos a una batalla que es desigual contra los acreedores externos privados y multilaterales. Fernández ratificó el compromiso de Francisco en su cruzada para aumentar su crédito político en la arena global y logró que Italia vote a favor de la Argentina cuando se discuta en Washington la mutación de los créditos standby que el FMI otorgó a la administración de Mauricio Macri.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la declinación política de Ángela Merkel en Alemania corrió del centro del escenario internacional al Papa, pero su influencia personal se mantiene intacta frente a jefes de Estado que aún observan desconfiados la cruzada política que lidera Alberto Fernández en territorio europeo.
Francisco nunca avaló la agenda económica y financiera de Macri, y su silencio no fue ponderado cuando los países europeos obedecieron las instrucciones que bajó Trump al directorio del FMI. Ese silencio del Papa ahora funciona como un argumento a favor del presidente peronista: levanta su voz todos los días para tratar de convencer a los líderes mundiales que Argentina honrará sus deudas si antes permiten que resuelva su crisis social y económica.
Alberto Fernández coronó ayer un éxito político en su reunión con Giuseppe Conte, premier de Italia y líder de una coalición partidaria que tiene cierta impronta fellinesca. Conte adelantó que Italia apoyará al país cuando se negocie con el FMI, pero a continuación preguntó qué sucederá con las tarifas, el tipo de cambio y la imposibilidad de remesar las ganancias a las casas matrices.
fuente: infobae