El Presidente prepara el anuncio de un paquete de medidas consensuadas con los 24 distritos como un anticipo del Presupuesto 2021. En Casa Rosada archivan por ahora la discusión por coparticipación con la Ciudad. El relanzamiento del Procrear.
Alberto Fernández termina de pulir en Olivos su programa de “recuperación” con el que buscará dejar atrás la agenda vinculada a la emergencia y volver a fortalecer con los 24 gobernadores la relación que se alteró por la crisis sanitaria y se acotó a la administración de la pandemia. El primer indicio de la intención de retomar la iniciativa política y tratar de dejar atrás la exclusividad en torno a la gestión del coronavirus había tenido lugar hace dos viernes con la oficialización de la vuelta a la cuarentena flexible, una puesta en escena que incluyó por primera vez, después de varios anuncios concentrados solo en el AMBA, a tres mandatarios del interior, entre ellos Gerardo Morales, resistido por el núcleo duro del kirchnerismo.
“Tenemos que pasar de las políticas de emergencia a las políticas de la recuperación”, aseguraban ayer por la tarde en Casa Rosada, donde se trabajaba en el pulido del plan de “60 medidas” que Fernández anticipó más temprano desde Olivos y cuyo formato de presentación, previsto recién para las próximas semanas, está todavía bajo análisis del entorno presidencial. Aunque se descarta que el mandatario vuelva a rodearse del pleno de los gobernadores.
Celosamente guardado, el paquete de medidas que el jefe de Estado diseña junto a sus colaboradores incluye el lanzamiento de programas generales y particulares enfocados en las provincias, el envío de proyectos de ley del Parlamento y la publicación de decretos, atados, según confiaron desde el Gobierno, a las necesidades de cada distrito. Una batería de iniciativas de corte económico y sociales con el que la coalición de gobierno busca atacar dos frentes: el que provocó el avance del coronavirus en el país y el que se desató puertas adentro del Frente de Todos por las críticas multiplicadas de las últimas semanas por la supuesta fragilidad de la gestión.
Para eso, Fernández diseñó una hoja de ruta junto a los gobernadores y sistematizó el trabajo entre las necesidades de las provincias y la respuesta del Estado nacional, que delegó en el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Anoche, De Pedro terminaba de escuchar de forma remota las demandas del gobernador Rodolfo Suárez. Con el de Mendoza, el ministro había completado hasta ayer la ronda de consultas con 15 provincias. Cafiero después analiza la información junto a Cecilia Todesca, Matías Kulfas y Martín Guzmán, abocado principalmente a resolver la renegociación de la deuda.
Se trata, en definitiva, de la presentación del Presupuesto 2021 que el Gobierno debe enviar al Congreso antes de mediados de septiembre. Anoche, a última hora, la Jefatura de Gabinete envió al Parlamento un aumento de la prórroga de las partidas presupuestarias que deberán discutirse la semana próxima.
Entre el lunes y el miércoles próximos, el funcionario tenía previsto recabar la información del resto de los nueve distritos que le faltan para completar el círculo: Salta, Jujuy, San Juan, la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Chubut, La Pampa, Santa Cruz, Catamarca.
“Estamos analizando los modelos productivos de cada provincia y las cadenas de valor. Escuchamos las necesidades de boca de los gobernadores y después coordinamos con la respuesta con los ministerios”, explicaron.
El mega anuncio que prepara la Casa Rosada -hasta esta semana se barajaba como una opción la posibilidad de preparar el montaje fuera de la quinta de Olivos, asociada en estos cuatro meses a la cuarentena- incluye, según trascendió, desde planes federales de obras y cambios en los regímenes de retenciones a medidas complementarias para apuntalar el turismo, incentivar las exportaciones y el demorado relanzamiento del Procrear, que en las últimas semanas desnudó por ejemplo deficiencias por parte de la ministra María Eugenia Bielsa. “Son críticas injustas. ¿Solo vamos a mirar ese ministerio?”, ensayaban ayer su defensa desde la cúpula del Gobierno.
En las últimas semanas, el Gobierno entró en un fárrago político por la fatiga de la cuarentena, la crisis económica y los cortocircuitos internos, que el propio Alberto Fernández buscó disipar en la conferencia del pasado viernes cuando avisó que pensaba acentuar el diálogo, a pesar de las críticas lanzadas desde el corazón del Frente de Todos. Lo hizo sentado al lado de Axel Kicillof y de Horacio Rodríguez Larreta, y de espaldas a Morales, además de los gobernadores de Río Negro y Chaco.
Las medidas que prepara el Presidente para tratar de instalar el concepto de “recuperación” incluyen por eso a los mandatarios de la oposición, que el Gobierno diferencia desde hace meses de buena parte del resto de los dirigentes opositores sin responsabilidad de gestión. En especial, de la llamada “ala dura” de Juntos por el Cambio, encabezada en público y en privado por Mauricio Macri y Patricia Bullrich.
Por caso, la alianza política transitoria entre el Presidente y el jefe de la Ciudad en la administración de la pandemia, que todavía altera a un sector del PRO, tendrá su correlato en el paquete de medidas que preparan el Presidente y sus colaboradores: altas fuentes oficiales resaltaron ante este medio que el recorte de la coparticipación porteña que el Gobierno planeaba ejecutar antes de que estallara el coronavirus no estará dentro del plan que se termina de calibrar en reserva entre Olivos y la Casa Rosada. Quedó archivado hasta nuevo aviso.
fuente: infobae