Fuertes definiciones dejó el candidato presidencial victorioso en las PASO, Alberto Fernández, durante una entrevista. “A mí me preocupa todo lo que hay en el medio, esa amplia base de argentinos que saben que no es bueno vivir así. Yo voy a trabajar todos los días para terminar con esto”, señaló.
-Usted no ganó las elecciones generales, pero consiguió una amplia diferencia en las PASO ¿Se siente Presidente?
-No, Presidente voy a ser el día en que la gente me elija, todavía no me eligió. Sí creo estar cerca y sí creo que la gente ya me asigna la responsabilidad de un Presidente electo, pero no lo soy. No lo soy. Esto lo digo porque pienso seguir haciendo campaña. Quiero convencer a más argentinos. Tengo ganas de que muchos argentinos más me acompañen. Porque estoy decidido a reconstruir el país con todos, sin nadie afuera.
-Hoy hay un candidato que fue el más votado por 12 millones y medio de personas, pero que todavía no es presidente electo. ¿Cómo se atraviesan estos dos meses?
-Con responsabilidad y seriedad. Todos tenemos que ser responsables y serios. Por eso yo le dije al Presidente que entiendo la situación en la que está, pero le pedí que resuelva si va a ser candidato o si va a ser Presidente, porque si va a actuar como candidato nos va a meter en muchos problemas. Ya lo veo venir. Ya las primeras medidas que tomó son muy complejas. Y ahí está actuando como candidato, no está actuando como Presidente.
-¿Por qué?
-Porque cuando el Presidente de repente dice ‘Voy a atender lo que no atendí en cuatro años’ y entonces te dice ‘Voy a bajar el IVA a los alimentos y voy a bajar Ganancias’, lo que el Presidente no se está dando cuenta es que está dejando a las provincias con 1.500 millones de dólares menos. Y las provincias no están en condiciones, porque en estos cuatro años cerraron empresas, comercios, generaron desempleo y cayó el consumo. Si le sacás esos recursos a las provincias, se hace enormemente peligroso.
-¿Le adelantó alguna de esas medidas?
-No, no. Tampoco tenía por qué hacerlo. Ahí hay un tema a resolver. Si me preguntan si el sentido de las medidas está bien o está mal, el sentido de medidas está bien. Entonces ¿por qué las crítico? Porque el contexto en el que las toma está muy mal. Porque cuando hablo de corregir el salario de corregir el ingreso de los jubilados lo hacía en un marco de acuerdo que me servía de paraguas de contención. Ahora, arreglar esto en este contexto, sin ninguna contención y con un gobierno electoralmente lastimado, me parece peligroso.
-Esa será la herencia que va a recibir si gana en las elecciones de octubre.
-Yo les prometo a los argentinos que no voy a hablar de la herencia, porque yo conozco el problema. No voy a ocupar ni un segundo en echarle la culpa a nadie. La Argentina ya está harta de que le echen la culpa al otro. Respecto del pasado, creo que la gente ya hizo mérito, y por eso votó como votó. Entonces no tiene sentido contarle a la gente quién tuvo la culpa ahora. Por otro lado, la solución del problema inflacionario es muy parecida a la solución del problema del consumo. El problema central que tuvo Macri fue una mala lectura de cómo combatir la inflación. Ahí radica el caos económico que se generó. Macri pensó que el problema inflacionario era netamente monetario. Y él pensó que restringiendo la moneda y restringiendo el consumo se garantizaba que los precios bajaran, porque si bajás el consumo y no tenés dinero para comprar, baja la demanda, y si baja la demanda bajan los precios. Eso ocurre sólo en los manuales que ellos estudian, porque la realidad no funciona así. El daño que hizo es que él no tuvo en cuenta que esa política la estaba practicando en una sociedad que consume el 70 por ciento de lo que produce. Entonces, si vos afectás el consumo, afectás la producción, y si afectás la producción afectás el empleo y cuando afectás el empleo empezás a empujar a gente a la pobreza. Lo único que produjo Macri en cuatro años fueron casi cinco millones de pobres.
-¿La meta llegar al déficit fiscal cero es cumplible?
-El déficit fiscal nunca es cero, porque el Gobierno tiene alrededor de 4 o 5 puntos, ahora debe ser poco menos por la devaluación, pero tiene 4 o 5 puntos de déficit financiero, que es déficit fiscal y tampoco tiene el déficit de un punto que se comprometió, va a tener casi 2 puntos de déficit primario, después de todo lo que hizo. Y va a tener 2 puntos habiendo suspendido toda la obra pública. Yo lo que digo es ‘hablemos de verdad’. Del mismo modo que decía ‘este no es el valor del dólar’ y quedó demostrado que no era el valor del dólar, digo ‘por favor, hablemos francamente y digámosle a la gente la verdad’. Mucha gente pensó que el G20 era un canal de acercamiento al mundo donde iban a llover inversiones, y nunca pasó nada.
-Habló de generar dólares ¿Cómo imagina su relación con el campo, teniendo en cuenta la relación que tuvo el kirchnerismo desde la 125?
-Para mí es un tema terminado, donde cada uno asumió su cuota de responsabilidad. Y la mayor responsabilidad la tuvo el Gobierno, de eso no tengo dudas. Pero ya pasó, porque de verdad la Argentina no puede pensar un país sin el campo. No puede. Tampoco puede pensar un país sin industria. El campo hace un aporte mayor o menor, porque siempre la discusión de cuánto aporta el campo a la economía argentina, pero por poco que sea es mucho. Y por lo tanto, nadie puede prescindir de un buen vínculo con el campo. Porque son traccionadores de producción, de recursos, de divisas, de trabajo. Hay ciudades enteras en el interior que viven de lo que el campo hace. Entonces uno no puede prescindir del campo. Ya está. Lo que pasó, pasó. Yo lo guardo en mi memoria como un error que nunca más voy a repetir. Lo que más lamento es no haber hecho lo que siempre hice. Por eso recuerdo muy bien aquella pregunta a Martín Lousteau ‘¿Esto lo hablaste con el campo?’. ‘Está todo hablado’, me dijo. Nunca una medida así se puede tomar sin hablar con los actores que tienen que soportarla. Las retenciones existen y Macri no para de ponerlas.
-Aquél conflicto con el campo dio lugar después a la grieta, esa situación rupturista que se mantiene hasta hoy. ¿Cómo piensa salir de la grieta?
-Es una decisión en la que todos tenemos que decir ‘podemos seguir así’. Que la locura de uno no termine diciendo que alguien por trabajar en un diario es un antipatria y que la locura de un diario no diga que todo lo que está enfrente se llama corrupción y delincuencia. Las dos cosas hacen falta. Porque a mí me parece que la grieta básicamente queda promovida en ese ámbito. Después se expande a otros, pero básicamente esos son los dos focos que irradian grieta, por decirlo de algún modo. Hay que terminar con esa locura. Los dos focos que irradian grieta son los locos que dicen que por escribir en un diario te convertiste en un traidor a la patria o por pensar de otro modo a ellos te convertiste en un traidor a la patria, y lo que a veces pregonan una situación de conflicto permanente.
-¿Pero entonces usted dice que la grieta principal es entre el kirchnerismo y algunos medios?
-No, lo que digo es que los dos sectores irradian grieta. Eso hay que terminarlo. Tenemos que respetarnos. Yo toda mi vida fui un crítico de Cristina y no me expliquen cómo ahora me convirtieron en un kirchnerista ultra. No lo entiendo. Y son muchos medios. Son muchos medios los que hacen eso. Por eso digo que hay que terminar con esto. Es una decisión nuestra. Lo que todos tenemos que entender es que no se puede vivir en un país así. No se puede vivir en un país que pone figuras de periodistas para que otros lo escupan. No se puede vivir en un país que monta noticias que no son ciertas.
-Usted suele decir que el 80 por ciento de votos que tuvo originalmente son de Cristina Kirchner.
-Son de Cristina, y eso es verdad. Fue la gran base de sostén. Sigue siéndolo. Cristina es muy valorada por un número importante de argentinos. Y el resto es el peronismo, es Sergio Massa, es Vicky Donda, es Claudio Lozano y De Genaro. El resto es Pino Solanas e independientes como Lammens. Y el resto es Alberto Fernández. Parece estar siendo suficiente, porque la verdad es que nos da un número importante para pensar en la victoria.
-Sobre resolver la grieta ¿ve la predisposición en el otro polo para resolverla?
-Veo una necesidad. No se puede vivir así. Siempre están los polos que son más resistentes, pero los polos que se convierten en posiciones extremas no deben preocuparnos. A mí me preocupa todo lo que hay en el medio, esa amplia base de argentinos que saben que no es bueno vivir así. Yo voy a trabajar todos los días para terminar con esto.
-¿Qué rol le asigna a los medios en la sociedad?
-Bueno, son mecanismos para tener una lectura de la realidad. Todas son válidas. Para informar, si es que quieren informar, y también para conocer opinión, para difundir opinión, que también es válido. A mí me parece que esas tres cosas hay que rescatarlas, y diría que es como lo central de los medios de comunicación. Pero también digo que los medios de comunicación no están primeros en mi agenda, porque vamos a recibir casi cinco millones de gente pobre nueva. Vamos a tener 15 millones de personas en situación de pobreza. La verdad, ponernos a discutir de los medios es medio loco. Hay tantas cosas urgentes antes…
– Hay un interrogante enorme sobre cómo sería un gobierno con usted como Presidente y Cristina como vicepresidenta…
-Yo estoy feliz, porque voy a tener voy a tener a la mejor vicepresidenta de la Historia. La vicepresidenta más preparada que tuvo la Historia. Estoy feliz por eso. El resto es un problema de inseguridad de ustedes, no mío. Yo sé lo que tengo que hacer como Presidente. Yo sé lo que tengo que hacer. Y entonces, qué suerte tengo de tener a Cristina que me ayude a pensar la Argentina, qué suerte tengo. Es mi amiga, soy el primer vicepresidente que tiene un amigo de vicepresidente. Qué más puedo pedir a la vida. El resto son conjeturas. Es una vicepresidenta con mucho poder político. Es una vicepresidenta que sabe quién es el presidente, que nunca me hizo sentir otra cosa.
– Varios funcionarios que compartieron gabinete con usted están detenidos e incluso la propia Cristina varios procesamientos judiciales ¿Cree que cambia algo de la situación procesal judicial e incluso política de esos detenidos con el resultado del domingo pasado?
-Voy a decir lo que siempre digo, que no es distinto a lo que dijo siempre el candidato a vicepresidente de Macri. En la Argentina hay detenciones arbitrarias que no deben seguir ocurriendo. Que haya detenciones arbitrarias no quiere decir que el eventualmente liberado sea inocente. No lo sé eso, eso deberá probarlo la Justicia. Lo que digo es que mucha de esa gente lleva años de encierro, mientras los procesos se sustancian innecesariamente. Porque la ley procesal les permitiría soportar esos juicios en libertad. Porque la regla que siempre tuvimos hasta que Macri llegó al Gobierno y empezó a presionar a los jueces fue que los juicios se soportan en libertad hasta que alguien prevé la culpabilidad del acusado.
-El kirchnerismo tuvo graves problemas de corrupción ¿Cómo haría para tratar ese problema?
-Lo primero que habría que hacer es no dar esa definición, porque no es cierta. ¿El kirchnerismo tuvo demasiados problemas? Puedo pasar horas contándote la cantidad de ministros que nunca fueron citados por una causa de corrupción. Le puedo dar una lista larguísima. Y pareciera ser que todos los problemas de gravedad de los que ustedes hablan estuvieron circunscriptos a un ministerio.
– El ministerio de Planificación Federal, de Julio De Vido.
-Entonces eso no es el kirchnerismo. Eso es lo que ocurrió en un ministerio aislado. Por lo menos hay que investigar. Hay que investigar, porque un día apareció un secretario de Obras Públicas con nueve millones de dólares en el baúl del auto a las tres de la mañana. Eso razonablemente hay que investigarlo. Yo no estoy dispuesto a defender a ningún corrupto. Estoy dispuesto a pedir que se haga justicia y fundamentalmente respecto de Cristina y sus hijos.
-¿Va a promover la investigación de lo que hizo Macri?
-Esta historia de que la insuficiencia política la resuelven los jueces es una historia que inventó (Elisa) Carrió y que ha hecho un daño enorme a la Argentina. No pienso seguir adelante con esa locura. Para locuras, escuchen a Carrió y sus discursos invitando a votar a los esquiadores.
fuente: clarín