Datos del Sedronar revelan que el aumento de las tasas de consumo es más agudo en las mujeres. Advierten por los riesgos de avanzar en esta “paridad” con los hombres. El feminismo, matriarcado, igualdad de género, son muchas veces lo que las lleva a tratar de igualar a los hombres, pero con consecuencias drásticas.
Domingo a la madrugada: el Sol ya le gana la pulseada a la Luna, pero en la guardia de un hospital vale lo mismo si es de día o de noche. Desde hace un rato largo las camillas están todas ocupadas y la mayoría son jóvenes intoxicados por alcohol que llegaron desde distintos boliches o bares de la Ciudad.
Más chicas que chicos
Lo que empieza a llamar la atención es que en el último tiempo la proporción de mujeres alcoholizadas creció y hay jornadas en las que superan a la cantidad de varones. Según informes oficiales, el consumo creció en el universo femenino y buscan maneras de controlarlo.
La igualdad de género mal entendida
Los expertos analizan y afirman que son distintas las miradas para entender el porqué de este aumento en el consumo de alcohol en las mujeres. El cambio cultural, la igualdad entre los géneros, el incentivo de las publicidades y esa mirada que lo acerca a los momentos más lindos de la vida, como un brindis o la amistad.
Lo cierto es que desde la guardia de los hospitales hasta el último informe del Sedronar lo confirman. De hecho, el organismo responsable de coordinar las políticas nacionales en materia de adicciones registró en 2017 un crecimiento de consumo en las mujeres de 13,5 puntos porcentuales comparado con el 2010.
Mujeres descontroladas
Si bien son los varones quienes toman bebidas alcohólicas mucho más que las mujeres, el consumo de ellas es el que más creció en el último tiempo. Por ejemplo, cuando la encuesta del Sedronar se enfoca en el consumo del último mes, los hombres aumentaron ocho puntos porcentuales, pero para las mujeres ese crecimiento fue de diez puntos.
“Si bien aún las tasas de consumo en mujeres son sensiblemente menores que las de hombres, la tendencia en aumento en el período 2010-2017 es más aguda en las mujeres que en los hombres. Ello podría significar a futuro, en caso de no mediar políticas al respecto, una tendencia a la paridad en el consumo entre ambos géneros”, afirman desde Sedronar.
Alcoholismo en pugna
Quien conoce el tema desde adentro es Carlos Damín, jefe de Toxicología del Hospital Fernández y presidente de Fundartox. El médico cuenta que en un año recibe 2.000 casos de intoxicados, de los cuales el 50% son por alcohol: “Es por lejos la primera sustancia de abuso y lo que notamos es que las mujeres en el último tiempo llegaron con más asiduidad”. Para ejemplificarlo, cita lo que ocurre un sábado a la noche (ya domingo por la mañana) en el Fernández: “La guardia tiene espacio para 200 personas y el cien por ciento de las camas se ocupan por jóvenes con intoxicaciones. Hay días en que son más las chicas que los chicos, y eso hace unos años no ocurría”.
El especialista explica que eso ocurre porque el cuerpo de la mujer tiene otra forma de metabolizar el alcohol: “Si se comparan dos personas de la misma edad y el mismo peso, uno del sexo masculino y otra del femenino, la mujer tiene una mayor concentración del alcohol en sangre por la distribución de la grasa. Tarda más tiempo en metabolizar. El hombre llega al 0,5 -el límite para poder manejar- con dos copas de vino, mientra que ellas lo alcanzan con una copa y media”.
Chicas de 14, 15 y 16 años
Por su parte Mónica Nápoli, reciente ex jefa de Toxicología del Santojanni y actual del Instituto Frenopático, cuenta su experiencia en el hospital de Liniers, unos de los centros de salud que más pacientes recibe en sus guardias nocturnas: “Notamos que atendíamos a más mujeres, en especial a adolescentes y eso es preocupante porque cuando tienen 14, 15 o 16 años son más vulnerables y pueden tener alteraciones irreversibles”.
Desde el lado de la psicología, Miguel Espeche, experto en vínculos y jóvenes, dice que el fenómeno del incremento por parte de las chicas y el alcohol no es extraño: “Por un lado desde lo biológico presentan mayor facilidad de intoxicarse. Por otro, existe una igualdad cada vez más acentuada a lo que antes parecía exclusivo de los hombres, ellas pueden hacerlo y eso está bueno, pero las somete a los mismos peligros y ‘tentaciones’ que ellos. Con el tiempo se irá equiparando todavía más”.
“Liberación” femenina
Espeche analiza además que el alcohol está ligado también a las conductas culturales, y que se lo ve como una descontractura o una liberación: “Para muchos es analgésico, anestésico, ansiolítico. Lo que hay que profundizar es por qué entonces los chicos están tan ansiosos, doloridos y solos, que prefieren andar con la conciencia obnubilada antes que ver la vida de otra manera”.
Lo que preocupa especialmente dentro del consumo femenino son las mujeres embarazadas: según una encuesta del Ministerio de Salud de la ciudad de Buenos Aires, el 39 % dice consumir bebidas alcohólicas. El alcohol puede afectar directamente al bebé, con malformaciones físicas y posteriores alteraciones de conducta y de aprendizaje. Los expertos afirman que esas enfermedades son 100% prevenibles si la mujer no bebe durante el embarazo.
fuente: clarín