Por Marcelo Pérez para DIARIO CUARTO PODER
La pelea mortal de “trapitos” en las inmediaciones de la plaza Alberdi puso de nuevo en el tapete el negocio ilegal de los cuidacoches en la ciudad. Nadie sabe quiénes son, si tienen antecedentes policiales o si están armados. El Municipio se desentendió del problema hace tiempo, dejando a los vecinos ser coaccionados y estafados todos los días en las calles.
Un hecho mortal
El pasado miércoles, a la 1 de la madrugada, se produjo un hecho mortal: dos “trapitos” cuidacoches asesinaron a puñaladas a otro en inmediaciones de las calles Marco Avellaneda y Santiago del Estero, a metros de las vías del ferrocarril. La víctima sufrió dos puntazos en el pecho y fue llevado a la morgue de la provincia donde permaneció varias horas sin ser identificado. Pelearon por ver quién tendría el control del cobro de los autos que estacionan alrededor de la plaza Alberdi. Un negocio ilegal que genera mucho dinero a gente inescrupulosa que se adueña de las calles frente a la desidia de la Municipalidad que mira hacia otro lado.
Los detenidos fueron dos hermanos “trapitos” de apellido Quiroga, de 32 y 36 años, quienes fueron aprehendidos por el mortal ataque. Se dedicaban a “cuidar autos” y a limpiar vidrio de autos que se paraban en los semáforos de la zona. La víctima tenía alrededor de 30 años.
Cuidacoches peligrosos
Lo dramático de esta historia es que los supuestos “cuidadores” de coches eran tan peligrosos y maleantes como del posible ladrón de quienes protegían los vehículos.
La pregunta es: ¿Alguien sabe quiénes son los cientos de trapitos que se paran en cada cuadra del centro y macro centro de la ciudad a “cuidar los autos? La respuesta es simple. NO.
Sin datos de identidad
Se trata de cualquier persona que asume el rol de “cuidador” porque la desidia Municipal así lo permite. El intendente Germán Alfaro que se la pasa peleando con el Gobernador, se hace el desentendido en este tema. No quiere conflictos con los cuidacoches y por eso deja a los vecinos que necesariamente se movilizan en autos, que sean estafados. Algunos automovilistas pagan por día un mínimo de 20 y hasta 120 pesos por estacionar en estos lugares, que son libres y gratuitos.
Alfaro no puede seguir sin atender el tema y debe dar una respuesta concreta.
Un cobro ilegal desde donde se lo mire
No se trata de un problema social. Porque si vamos a tomar el tema desde ese punto, diríamos que está bien entonces que alguien que no tiene trabajo pase todos los días por su casa, y a usted y a todos los de su manzana le exija mínimamente 20 pesos por “cuidar” la cuadra. Tal vez usted le pagará una vez, dos o tres veces, pero después se convertirá en un presupuesto que muchos no estarán dispuesto a afrontar porque no lo pidió y –además- para eso está la policía. Bueno, los automovilistas sienten lo mismo cuando aparecen estos “trapitos”, muchos con prepotencia exigiendo el pago por estacionar cuando nadie está obligado a hacerlo.
El Municipio desampara
El “cuidacoche” estafa de frente a los automovilistas que necesitan dejar su auto estacionado en la calle, al no poder pagar una guardería. Estafa porque cobra una tarifa estipulada en un bono impreso que colocan cada media hora en los parabrisas de los autos. ¡Ah, y cuidado con no pagar! Porque no vaya a ser cosa que otro día necesite dejar el auto en la misma cuadra, pues podría aparecer con un rayón ya que el “cuidacoche” dejó de mirarlo y justo pasó un vivo y lo raspó.
Claro está, el rayón será hecho por la “mafia de los cuidacoches” que hizo un negocio más que lucrativo con esta “trabajo”. Y digo mafia porque el otro día dejé el auto en Chacabuco entre Rondeau y avenida Roca, y el que supuestamente cuidaba allí dijo que si no pagaba iba a tener problema con su “jefe” que es quien le imprime los talonarios de cobro.
La Policía también
En la esquina hay un policía de la provincia, pero no hace nada al que ver como los trapitos hacen su negocio ilegal.
Estos uniformados deberían impedir que se concrete la estafa. Por ejemplo, en el municipio de Yerba Buena, donde lo “trapitos” habían comenzado a prosperar rápidamente con el negocio del cobro a los que estacionaban en las principales arterias de esa ciudad, fueron eliminados de un plumazo y es la propia policía y los GUM los que se encargan de correrlos o detenerlos si persisten en esa práctica ilegal. Cobraban hasta 50 pesos por hora. Todo un robo.
Sólo algunos desprevenidos –muchos son de otras ciudades- que visitan los negocios de la avenida Perón de Yerba Buena, los que caen en el engaño y pagan a “trapitos” que se reúsan a abandonar el negocio, sobre todo de noche.
Un gran negocio para algunos
Hagamos una simple prueba económica del negocio: por día y en una cuadra, donde hay lugar para que estacionen alrededor de 40 autos (pueden ser más o menos) y donde se cobra 20 pesos por hora, serían algo así como 8.000 pesos (por diez horas por día) y unos 176 mil pesos por mes, sin contar sábados y domingo (val aclarar que muchos sí “trabajan” los sábados y domingo). No vaya a ser que otro pícaro haga plata fácil en su “territorio”.
¿Cuántas calles liberadas a los trapitos hay en la ciudad?, ¿500? ¡Miren si no será negocio entonces!
Sin antecedentes
Por otro lado está que nadie sabe quiénes son esta gente que “nos cuida el auto”, de donde vienen, si tienen antecedentes penales. Por ejemplo, el trapito asesinado el miércoles, nadie sabía quién era. Estuvo en la morgue judicial horas y horas sin ser identificado.
Los automovilistas están a las buenas de Dios. Mejor no meterse con ellos ni discutir, a ver si no termina alguien más apuñalado.