Por Pablo Batalla para Diario Cuarto Poder | El intendente capitalino, Germán Alfaro, parece estar cometiendo en el presente los errores propios de un principiante, lo que puede costarle muy caro en el inicio de un año electoral.
Un video vale más que mil palabras
Cada uno de sus desaguisados, como la inflación que no domina Macri, puede ser preocupante. Si echamos mano a la expresión: “una imagen vale más que mil palabras”, tendríamos que hacer una corrección para los tiempos de la tecnología.
Podríamos afirmar, sin temor a incurrir en una equivocación, que “un video vale más que mil palabras”. Justamente vale más que cualquier explicación o exposición al respecto, el video que viralizó un matutino de larga tradición en la provincia.
En este video se apreciaba cómo los punteros políticos y empleados de Germán Alfaro, arrojaban cajas de alimentos a acelerados vecinos que pugnaban por conseguirlas.
Lo hacían desde camiones de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
Humillación a la gente y posibles reclamos judiciales
Las cajas arrojadas desde esos vehículos oficiales, además de tener una leyenda que identificaba al municipio capitalino, también tenía el sello de la repartición nacional de origen: el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Más allá de la humillación que implica acercarse a un camión municipal, sobre el cual se encuentran punteros políticos que arrojan esos alimentos, con esas imágenes cualquier tucumano puede pedir explicaciones judiciales.
Puede acudir a la Justicia Federal, si pretende averiguar si esas cajas del Gobierno Nacional tenían esa finalidad, porque representa el manejo de recursos nacionales que son de todos los argentinos.
El fuero local y la torpeza “alfarista”
También se podría accionar judicialmente en el fuero provincial, si se establece que la responsabilidad de este escándalo es sólo de la municipalidad de la Capital tucumana. Por más que Alfaro haya dicho que no quiso ocultar nada.
Este nuevo escándalo desnuda la torpeza con la que se maneja, tanto Alfaro como sus funcionarios. Ni unos niños exploradores cometerían los errores de los “alfaristas” quienes, al parecer, no se tomaron ni el trabajo de hacer listados de los beneficiarios.
Nadie chequeó las verdaderas necesidades. Ninguno de los que se observa en el video pareciera tener problemas alimentarios, lo que corrobora aún más la intencionalidad clientelista que se desplegó en estas acciones.
Se cayó el discurso del cambio
Lo peor de todo es que el intendente capitalino afianzó un discurso en el que atacaba las prácticas clientelares a la hora de desembarcar en Cambiemos. Sin embargo parece que no sólo él, sino el propio espacio parece adherir a esas estrategias.
Recuérdese en este punto las denuncias por clientelismo que se realizaron en las últimas internas del Radicalismo, una de las patas fuertes de Cambiemos en la provincia. En ese momento y por lo bajo, se atribuyó estas circunstancias a la influencia del “alfarismo”.
Pese a que las denuncias no prosperaron y que Julio César “Cola” Herrera, secretario de Gobierno del intendente de Concepción, Roberto Sánchez, se haya consagrado como presidente de la UCR local, son muchos los que aún desconfían de ese resultado.
Cómplice de la Constitución reformada
Por estos días también hubo revuelo por la aceptación de un planteo de inconstitucionalidad de un artículo de la Carta Magna Provincial, que fue aceptado por la Justicia y que ahora habilita la posibilidad de adelantar las elecciones.
Desde Cambiemos expresaron algunas tibias objeciones, pero el que no puede decir nada en absoluto sobre la cuestión justamente es el intendente capitalino, quien puso a su propia esposa, Beatriz Ávila, como convencional constituyente.
Cabe recordar que esa reforma constitucional tenía como sólo objetivo el de darle la posibilidad de reelección a José Alperovich, el entonces mandamás de la provincia. Y tales fueron las instrucciones que ese objetivo se logró.
Clientelismo que me hiciste tanto mal
Alfaro sabe que debe hacerse cargo de aquella participación, como lo tiene que hacer con el nuevo escándalo de clientelismo y también con las políticas relacionadas con la defensa de las mujeres ante la creciente violencia de género.
Quizás tenga que pagar un precio muy alto por proteger a sus funcionarios por acosar a las empleadas. También pagaría ese costo la actual diputada, quien lloró junto a la víctima pero no hizo nada para protegerla. Pero esa es harina de otro costal.
Por lo pronto, Germán Alfaro se tendrá que hacer cargo de sus errores de a uno. No sea cosa que le jueguen en contra de sus ansias de continuar en la intendencia hasta el 2023, algo que puede perder si no tiene injerencia en la conducción del espacio.