Letras de Fuego / Entrevista / Por Manuel Ernesto Rivas*. Compartimos la profunda entrevista realizada al patriarca de la poesía del Norte, Alfonso Nassif, quien encendió su llama de esperanza en la humanidad a través del poemario “El poeta de la calle aérea”.

Luego de la magnífica presentación de su libro “El poeta de la calle aérea”, realizada en la voz y recitado del Maestro Julio Lazarte, el poeta santiagueño Alfonso Nassif mantuvo un diálogo con Letras de Fuego y Diario Cuarto Poder.

Julio Lazarte y Alfonso Nassif en el saludo final. Foto: Diario Cuarto Poder.
—¿Qué sensaciones le ha dejado su presentación en la Sala Lazarte?

—En principio, no creí que iba a haber tanta gente, que me parece muy importante porque estas reuniones de poetas no siempre tienen un buen auditorio y creo que la preparación de este recital ha sido auspiciosa, lo han hecho con gran conocimiento, con todo el cariño que se puede hacer para hablar sobre poesía. La presentación ha sido para un poemario mío, “El poeta de la calle aérea”.

—¿De qué se trata?

—El poema en sí, como una síntesis diría, que es la conversación de un poeta de la Tierra con un poeta de un mundo lejano, de su propio mundo. En esa conversación, que en definitiva es un monólogo, soy yo el que le está hablando agradeciéndole las cosas que él dice. Son doce cantos de sesenta versos, o sea que son dos círculos, la Tierra y el planeta del poeta a quien me dirijo para expresarle todos los problemas de la Tierra, todo lo que ocurre con el hombre, y la posibilidad única de que esto pueda cambiar cuando podamos hablar con los hermanos del futuro y eso cuando nuestros hermanos nos digan: ustedes están bien o ustedes están mal. Y tal vez no con uno, sino con dos mundos, con tres, con diez, es decir, que podamos hacer esos malditos congresos que hacemos en la Tierra y que nunca sirven y que ahora, un congreso interplanetario pueda, por lo menos, avisarnos que está bien la justicia, que está bien la literatura, que está bien la enseñanza, que estamos bien en una sociedad que puede comprender que no haya más guerra, que no haya más complicaciones. Entonces, es una lucha, una esperanza de saber de otros mundos y de compararnos, porque nosotros si no nos comparamos con el vecino aquel que tiene plata y nosotros no tenemos plata, nosotros tenemos comparaciones simples. Acá el político tiene dos millones de votos y yo tengo cuatro, pero estamos en lo mismo.

—Y ese ejercicio de salirse de sí mismo, desdoblarse y hablar con ese otro ser que en realidad es uno mismo, ¿es sembrar un poco de esperanza?

—Sí, la esperanza que cambie la Tierra. Porque lo nuestro es nada más ambición. ¿Qué es lo que está pasando ahora en el mundo? Han preparado 54 países de la OTAN, aunque digan que son 30, pero son 54, para dominar al mundo, pero ¿por qué quieren dominar al mundo? Porque no trabajamos 54 países que son como una casa vecina. ¿Por qué me tengo que pelear con los otros vecinos? Porque el otro vecino tiene petróleo y yo no tengo. Pero vamos a arreglar, vamos a comprar, vamos a hablar. No, no, hay que dominar. Nosotros hemos nacido para dominar, ese es el verdadero sentir de lo que está pasando en este momento en el mundo. Necesitamos, por fuerza, un árbitro o dos o cien árbitros, que no sean terrestres y que digan ustedes están bien o están mal. Eso es todo. Eso dice el poeta de la calle aérea.

—¿Y eso solamente se lo puede plantear desde la poesía?

—Bueno, también tengo una novela que está tratando sobre el tema. La empecé exactamente cuando la lucha empieza en Ucrania. Ya llevo cuatro años porque hay problemas anteriores. Estoy siguiendo el día por día dentro de la novela, que se llama “El sabio y el río”. Ese sabio que está conversando con la gente a orillas de un río y explicando qué es lo que está pasando en el universo. La voy a publicar a la novela, si es posible, porque ahora no todo es posible, porque lo que costaba cincuenta mil ahora está costando cinco millones. Nos ha pasado a nosotros, hasta que asume Perón, no quisiera nombrarlo a ningún presidente, pero una vaca valía dos pesos. ¿Ha escuchado bien Manuel Rivas? Dos pesos.

—Tráigame diez (risas).

—Ahora vale el kilo de pan dos mil pesos, con dos mil pesos podríamos comprar mil vacas. ¿Qué estamos haciendo? Hemos perdido en el tiempo y en el espacio de nuestra inquietud política dieciséis ceros. Si estamos hablando de que una vaca valía dos pesos y ahora el kilo de carne cuesta diez mil pesos, podríamos comprar cinco mil vacas. ¿Qué estamos haciendo?

—Algo estamos haciendo mal para que pase eso

—Parece que estamos haciendo algo mal, pero eso estamos desde el año 30. Ahora vamos a cumplir los cien años a pesar de que digan que ningún mal dura cien años, parece que no es cierto.

—Lo escuché decir en otras ocasiones que el poeta es peligroso.

—Y bueno, ¿por qué han quemado los libros? Vamos a poner un solo poeta argentino, Almafuerte, por decir todas estas cosas, Almafuerte nunca ha llegado al primario, al secundario, terciario, universitario. Ha llegado a haber un presidente de la República que en los billetes ha puesto ballenas, cucarachas, no me acuerdo qué cosas ha puesto, no podía ponerla a Alfonsina Storni, no lo podía poner a Almafuerte, no podía poner a José Hernández, por qué los otros países sí. Y nosotros le ponemos conejos, no sé qué… Un país que se vende: vengan aquí, hagan turismo en la Argentina. Toda la idea es vender, vender, vender. No estoy en contra del turismo, de ninguna manera, pero hagamos turismo y hagamos cultura.

—Usted con sus jóvenes noventa y pico de años sigue haciendo cultura.

—La poesía sale de la nada. Diotima, una chica hermosa. No, no vive en Santiago (risas). Yo soy santiagueño. Ella era la maestra de Sócrates. Era griega, Diotima de Mantinea. Sócrates le decía la extranjera porque no era de Atenas. Ella le pregunta a Sócrates: ¿Qué hay en esta mesa? Le responde Sócrates que no hay nada y ella le dice: Pero puede haber algo. Puede haber música o poesía. ¿Te das cuenta Sócrates que lo que no es, es? Porque no entienden la educación, no entiende la filosofía, que eso que parece que no vale, que es la poesía, vale. Eso que la enseñanza que parece que no, pero vale. El sentimiento que parece que no es, pero es. La vida, que parece que no es, pero es. Ahí está el valor. Pero no. Aquí el valor está en que vengan a invertir para ver las ballenas, para ver los conejos y no me acuerdo qué otras cosas acá en la Argentina (risas). Y yo creo que no hay conejos, no hay vizcachas, no hay iguanas, ni pajaritos quedan (risas). No publique esto porque no va a haber turismo.

Alfonso Nassif junto a su nieto, Melcy Ocampo, Stella Bernasconi y Manuel Rivas.
—Le voy a hacer una pregunta regional ¿Por qué Santiago del Estero es una usina interminable de poetas?

—Esa es una pregunta. ¿Por qué Tucumán es una cocina de pintores? En Tucumán hay cien poetas y quinientos pintores. En Santiago hay quinientos poetas y cincuenta pintores. Posiblemente y puedo estar equivocado, Misiones, con las cataratas del Iguazú y toda su belleza, no tiene muchos poetas. Es decir ¿Qué pasa con la belleza? ¿Por qué Santiago tiene quinientos poetas? La belleza y esta es una respuesta genial cuando ha venido el conde Hermann Graf Keyserling, un alemán que recorría el mundo buscando la cultura del mundo. Llegado a Santiago del Estero, lo trajo Bernardo Canal Feijoó, y en el viaje le dice: ¿dónde está la belleza de Santiago del Estero? Porque él veía la pobreza de Santiago. Entonces Canal Feijoó le dice: la belleza no la busque en el paisaje, búsquela en el alma del santiagueño. Claro, la chacarera, la vidala, son hechos esenciales y únicos. Es imposible. Han tratado de negarlo de todas formas hasta que un día le he dicho a uno de los investigadores, dígame una cosa, vamos a los números. La chacarera tiene cinco golpes, pa, pi, to, pa, pá. Esos cinco golpes si tuviésemos que hacer una progresión, llegan a ciento veinte. Busque en algún lado si existe pa, pi, to, pa, pá, esos golpes, y no los va a encontrar, únicamente en Santiago. O sea que, si los números también funcionan, casi como una forma del espíritu atrás desando misterios. Esto me lo dice un día. Estaba yo en La Reina, en Chile, arriba inmensamente en donde vivía uno de los grandes poetas hermano de Violeta Parra. Él es profesor de Filosofía, de Matemáticas y no sé cuántas cosas. Ahí me da la más grande lección de la historia a la que yo puedo haber participado con este hombre, me dice: la ecuación existía antes que el universo. Y le digo: ¿Y cómo es eso? Me dice, el número digamos, cinco por cinco, veinticinco, es una ecuación que, aunque no hubiese estado el universo existía. Entonces vamos a tener que pensar de nuevo, es lo de Diotima, es lo que estamos viendo aquí, de pronto lo que existe y lo que no existe, existe. Lo que no es, es. Esa es la maravilla. Ahí está la poesía. Porque la poesía no solo está en la palabra sino entre las palabras, en el espacio, en el tiempo, que se demora para que el otro pueda pensar y sentir. Nos pasa que la música tampoco está únicamente en las notas sino entre las notas, ese silencio es tan importante.

—El silencio también habla.

—Ahí está, muy bien. Por eso es un buen periodista usted, maestro. Hay que aprender aquí de Manuel Rivas. Gracias querido Manuel por tu entrevista. Por tus palabras, tu inteligencia y tu conocimiento. Algún día podemos volver a conversar de nuevo todas estas cosas.

*Fundador y director de Diario Cuarto Poder. Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor.

La entrevista en video

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Datos del autor

Alfonso Nassif nació en Icaño, departamento Avellaneda, el 20 de agosto de 1932.

Escritor, poeta, ensayista. Integrante de la Asociación Literaria María Adela Agudo; miembro fundador del Centro Bandeño de Investigaciones y Letras (Cebil), fue Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) filial Santiago del Estero, creador y orientador de Talleres Literarios en Santiago del Estero, encargado, junto a Ricardo Dino Taralli, de la página cultural del diario El Liberal por más de siete años, entre muchas otras actividades desplegadas.

Recibió numerosos premios y distinciones, por citar solo algunos: “Ciudadano Distinguido” de la ciudad de Santiago del Estero concedido por el Honorable Conejo Deliberante (1996), Medalla de Oro otorgada por la SADE en sus 30 años como difusor de la Poesía Santiagueña, “Mayores notables argentinos 2008”, otorgado por la Cámara de Diputados de la Nación.

Obras: Muestra Poética (1968), Santiago del Estero poesía (1969), Antología de Poetas Santiagueños (1978), Sed y Canto (1983), Poemas para el amor y complicidad terrestre (1994), entre otras.

Tiene numerosas obras inéditas y continúa con su intensa labor cultural.

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