El senador José Alperovich se convirtió en un fantasma social desde la denuncia de su sobrina por abuso sexual. Hace semanas que no ve la luz de día, ni transita por lugares públicos. Sus días se limitan a resolver, junto a sus abogados, la estrategia judicial que seguirá desplegando tras la denuncia de violación de su sobrina segunda.
Ya no exhibe todo su poder en reuniones y pocas veces sale de su casa en la calle Crisóstomo Álvarez en pleno centro de la capital provincial.
Abandonó por completo sus bicicleteadas por la zona del pie del cerro y su teléfono permanece cerrado gran parte del día.
No a los cafés
Atrás quedaron sus años dorados de rosca política en el Café 25, a una cuadra de la Casa de Gobierno sobre la calle 25 de mayo. Era su tiempo de esplendor, cuando gobernaba la provincia con aires feudales.
Alperovich es el centro de un repudio social generalizado. La semana pasada todo su entorno vio con mucha preocupación una manifestación feminista que tuvo lugar en la Plaza San Martín, un punto neurálgico de la ciudad capital.
Repudio feminista
Fue el miércoles 11 de diciembre cuando un importante grupo de mujeres se concentró para cantar el himno contra la violencia de género que recorrió el mundo. Se trata del cántico del grupo de feministas chilenas Las Tesis que tuvo, en esta oportunidad, su versión local.
“Y la culpa no era mía/ ni dónde estaba/ ni cómo vestía. El violador eres tú”, gritaron un centenar de mujeres de todas las edades e incorpraron el apellido del senador junto a la palabra “violador” para completar la estrofa más conmocionante de este grito de protesta.
En el entorno del ex gobernador también analizan modificar la razón social de la principal empresa de la familia. Se trata de una red de concesionarias de autos que lleva como marca el apellido Alperovich.
“El problema es que alguna vez funcionó como un sinónimo de prestigio y hoy sucede todo lo contrario. Vamos a tener que preservar el negocio ante todo”, revelan cerca del senador en uso de licencia.
La causa está paralizada
A menos de un mes de realizada la denuncia, la causa Alperovich está paralizada. El expediente quedó enmarañado en una cuestión técnica de competencia. Tanto la justicia de Buenos Aires como la tucumana decidieron sacarse en encima la investigación delegándola en la Corte Suprema.
A principios de diciembe, el fiscal Santiago Vismara, y la titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta, habían elevado un requerimiento de investigación para impulsar la acción penal contra el ex gobernador. La causa debía desarrollarse en la Capital Federal.
En esa ocasión, el Ministerio Público Fiscal solicitó que se declarara la incompetencia de la justicia de Tucumán y que la causa fuera remitida al fuero nacional por su conexidad con la otra causa iniciada por la denunciante en la provincia.
Justicia incompetente
Después de esto, el juez de instrucción Osvaldo Rappa se declaró incompetente basandose en que tanto la denunciante como Alperovich tienen domicilio en Tucumán, al igual que la mayoría de los eventuales testigos.
La causa viajó a la provincia con el riesgo de caer en una justicia adicta al poder político. A24.com reveló, hace semanas, el nivel de dependencia política de muchos los funcionarios judiciales. Tanto la fiscal del caso María del Carmen Reuter como el juez de instrucción Facundo Maggio mantuvieron vínculos directos con el denunciado.
Quizás por eso decidieron también sacarse de encima la causa. Según explicó el juez, su criterio para también declararse incompetente, fue avalar lo solicitado por los fiscales de Capital.
En su resolución, a la que tuvo acceso este portal, le pidió a su par de Buenos Aires que reconsidere su decisión y sino que eleve la causa a la Corte Suprema. Todo esto sucede a pocos días de iniciarse la feria judicial que enviará a un limbo una de las causas más escandalosas de los últimos años.
fuente: A24.com