Fuentes oficiales afirmaron que no se descarta esa posibilidad para los vehículos nuevos de gama media; sería para que no se frenen las ventas por la expectativa de futuras bajas de precios cuando salga la reforma impositiva.

El experimento de la eliminación de aranceles en las notebooks y tablets es el más citado en estas horas en la industria automotriz. La historia cercana cuenta que el Gobierno anunció la quita de esos impuestos a la importación en noviembre pasado, pero para aplicarla en marzo de este año. En ese lapso, las ventas cayeron por la expectativa creada por el mismo oficialismo de que esos productos costarían menos.

La semana pasada, el Gobierno presentó la reforma tributaria. En ese proyecto especificó, entre otras cosas, que eliminaría el impuesto interno a los autos de gama media. En el sector creen que las ventas de autos 0 km, entre los que hay muchos nacionales, podrían paralizarse hasta que efectivamente se apruebe la reforma. Como con las laptops y tablets, el oficialismo creó la ilusión de que el precio de los autos podría bajar. Las ventas de vehículos son uno de los principales “brotes verdes” de una economía que consolida su recuperación a pesar de que muchos de esos autos son brasileños.

La novedad es que en el Gobierno analizan seriamente la posibilidad de que este impuesto desaparezca por decreto. Esta opción existe porque su prórroga, en julio pasado, vence el 31 de diciembre. En esa fecha el ministro de Producción, Francisco Cabrera, tendrá que decidir qué hacer. No obstante, en el sector estiman que para no pinchar las buenas perspectivas de la industria -las ventas de este año serían las mejores en la historia luego de 2013- podría hacerse de inmediato y no esperar a fin de año.

Fuentes del Gobierno afirmaron que es una de las posibilidades que se analizan, aunque aún no hay nada confirmado. En el Ministerio de Hacienda estimaron que no puede descartarse esa opción, pero sentenciaron que hoy por hoy, con tantos sectores en la discusión por las subas de las alícuotas, no es la prioridad.

Actualmente, el impuesto interno a los autos grava con un 10% (la tasa efectiva es de 11,1%) los autos de $ 380.000 o más, y con un 20% (25% efectiva) para los vehículos de más de $ 800.000. El impuesto interno no afecta la exportación y se cobra en terreno comercial (se suma al precio con los gastos y rentabilidad de las concesionarias). Hoy lo pagan algunas versiones de los modelos SW4 (Toyota), Vito (Mercedes), HR-V (Honda), Focus III (Ford), Fluence (Renault), C4Lounge (Citröen), 308 (Peugeot) y el Cruze II (Chevrolet). Su quita podría traer algunas alzas de precios en estas versiones, ya que estaban “topeadas” para evitar el impuesto. En cambio, en el sector creen que la fuerte competencia, las importaciones y la propia reforma tributaria traerán bajas de los valores al público.

“Es una medida que las empresas vienen proponiendo para que no se vean afectados los modelos de producción nacional. Queda pendiente conocer la base imponible de los vehículos que quedarán alcanzados por el impuesto”, dijeron en el sector. Es que si bien la presentación de Nicolás Dujovne mostró que se elimina la carga para los autos de entre $ 380.000 y $ 800.000, no hay rastros sobre lo que pasará con los más caros. En la industria piden eximir a los autos nacionales, una diferencia que había impulsado el kirchnerismo en sus últimos años y que el Gobierno eliminó en 2016.

“Lo ideal es sacar el decreto cuanto antes, porque el consumidor espera los cambios y eso puede generar una menor demanda hasta tanto se publique o salga la ley”, advirtieron en las terminales.

“Se generan expectativas con los anuncios y hasta que se hacen realidad, en el caso de los vinos o el champagne, te stockeás. Y si pensás que algo va a bajar de precio, no lo comprás”, describieron desde una automotriz internacional. Allí estimaron que en los autos alcanzados en la franja del 10% (muchos nacionales) es donde se genera el problema. “Nadie te va a comprar un auto hasta que baje. No van a pagar un 11% de más”, agregaron. Las firmas están viendo ahora qué hacen con el stockque ya tienen. “Quizás algunos bajen el precio y asuman pérdidas, pero será una decisión de riesgo para cada firma”, cerraron.

Fuente

Comments

Comentarios