Encapuchadas y sin dar argumentos para justificar el pedido de liberación de la joven asesina, cerca de 30 mujeres se convocaron a favor de Nahir Galarza.
Con pancartas y mascaras, unas 30 jóvenes protestaron contra el fallo que condenó a cadena perpetua a Nahir Galarza por el crimen de su novio Fernando Pastorizzo. Fue este martes pasada las 19, frente a la Casa de la Provincia de Entre Ríos, en esta Capital.
“La Una menos… que no fue. Gracias a Nahir por recordarnos que seguimos siendo ignoradas y ultrajadas. No vamos a bajar los brazos porque sabemos, y entendemos, lo que sufriste. Hoy después de una aberrante, retrógrada e inhumana condena, Nahir necesita nuestra ayuda. Hoy día, después de ser abusada, maltratada, desprestigiada, usada como chivo expiatorio, necesita nuestra ayuda. Nahir sólo tiene 19 años. Es muy vulnerable. Producto de constantes actos de violencia física y psicológica, degradantes, que ejercía contra ella Fernando Pastorizzo. Nahir está pagando una terrible condena por callar, por tener miedo y no hablar con nadie sobre lo que le pasaba”, dijo una de las manifestantes al resto de las jóvenes y los móviles de prensa que siguieron la convocatoria.
“…Desde esta perspectiva machista, al tener presa a Nahir, nos quieren mostrar que nos conviene estar y seguir calladas. De esta manera buscan que nuestro miedo a hablar se acreciente, para seguir dominándonos”, siguió la joven.
La manifestación en favor de la joven de 19 años había sido convocada por una agrupación feminista, mediante un texto que contenía críticas a la “violencia heteropatriarcal” y al “heterocapitalismo”, y que reclamaba su “inmediata absolución y liberación”.
El grupo, autodenominado “Todo presx es políticx”, había llamado a quienes apoyaran a la chica a juntarse este martes a las 18:30.
A través de su blog, la organización había detallado que la protesta incluiría actividades como hacer stencils o pegatinas y una ronda de lectura con la consigna “Te creemos porque sabemos – Cartas a Nahir”.
“Creemos que quieren arruinarle la vida a una joven de 19 años para generar un chivo expiatorio que cumpla la función de ocultar el inmenso daño que genera el amor romántico y la pareja heterosexual, sobre todo a las mujeres y corporalidades disidentes”, habían señalado, en el comunicado.
Es que, para la agrupación, Galarza “sufrió una autentica caza de brujas” y su condena pretendió “aleccionar a lesbianas, travestis, trans, no binaries (NtE: sin género) y mujeres que sufrimos a diario la violencia heteropatriarcal”. También habían dejado una polémica advertencia: “‘Muerte al macho’ no es solo una metáfora, el miedo va a cambiar de bando”.
Tras esta propuesta, una de las agrupaciones que había adherido a la marcha fue Feministas Radicales Independientes de Argentina. En su blog, escribieron: “Las mujeres tenemos miedo a ser violadas, a ser culpadas si somos violadas, a que no se nos crea, a que seamos nosotras las culpables si nos defendemos. El mayor de nuestros miedos es el de ser rechazadas, consideradas malas mujeres, brujas, exageradas, locas, porque de ese modo se nos quita, por invalidación, nuestra palabra”. Dicen que Nahir sufría ese miedo, que le impedía denunciar.
La iniciativa original fue puntualmente de una militante feminista llamada Micaela, quien horas después de difundirse la sentencia del Tribunal de Gualeguaychú le mandó un mensaje a la madre de la condenada: “Esto es una locura, quiero organizar una marcha”, le dijo. La respuesta fue positiva inmediata y a partir de entonces esta chica, que prefiere no dar su apellido, puso en marcha la convocatoria.
Marcha en apoyo a Nahir .
“No se cuánta gente irá, esperemos que muchos. Ya son varios los que me dijeron que síYa son varios los que me dijeron que sí”, le dijo Micaela a Clarín en las horas previas. “Queremos demostrarle que no está sola, que hay mucha gente que le cree y que la acompaña”, agregó.
Con 19 años, Nahir Galarza se transformó en una de las mujeres más jóvenes de la historia criminal del país en ser condenada a cadena perpetua. El fallo se conoció la semana pasada en Gualeguaychú.