vaca muerta

La disminución en la producción nacional de gas, causada por políticas de congelamiento tarifario, había llevado al país a depender cada vez más de la importación boliviana -de mayor coste-. Ahora, el panorama es más alentador y apuntan a que los volúmenes de suministro de gas local seguirán creciendo.

Apartir del corriente mes, Argentina dejó de importar gas desde Bolivia, marcando así el fin de una relación comercial que se inició en la década de 1970 y se profundizó en los últimos 20 años. En ese marco, el desarrollo de Vaca Muerta y la finalización de obras clave han cambiado el escenario energético del país y se genera gran expectativa por ello.

Cabe mencionar que el próximo jueves 10 de octubre se inaugurará el proyecto de reversión del Gasoducto Norte, una obra financiada con una inversión total de aproximadamente 740 millones de dólares. De esa cifra, 540 millones provinieron de un crédito otorgado por el Banco de Desarrollo para América Latina y el Caribe (CAF).

Esta obra, que cambia el sentido del flujo del gas en el ducto que anteriormente importaba gas de Bolivia, permitirá que el gas producido en Vaca Muerta llegue a las provincias del norte argentino.

Desde este mes, los usuarios residenciales, las estaciones de servicio de GNC y las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy podrán abastecerse con gas de producción local.

De esta manera, a medida que se expandan las redes de gasoductos, los volúmenes de suministro de gas local seguirán creciendo.

 

Comments

Comentarios