Aún sin jugar bien, y con Messi en cancha sólo los últimos 15 minutos, la Selección consiguió un trabajado triunfo en Montevideo y acumula 26 partidos invicta.
Argentina quedó más cerca que nunca de sacar pasaje para el Mundial de Qatar 2022: con gol de Ángel Di María, le ganó 1-0 a Uruguay en el estadio de Peñarol de Montevideo y alcanzó la línea de los 28 puntos. Si bien matemáticamente no está clasificada, jamás una selección sudamericana se quedó afuera de la cita mundialista con esa cosecha desde que se instauró este formato de Eliminatorias.
Con Messi apenas 15 minutos en cancha (por las lesiones que acarrea y que lo llevaron a no jugar los últimos dos partidos en el PSG), el combinado albiceleste no mostró la imagen que venía ofreciendo tanto en el camino a Qatar como en la Copa América que ganó. Es más, por momentos se pareció más a la versión irregular, con momentos buenos y otros oscilantes, de la previa del torneo continental. Pero cimentando su actuación en la solidez de Dibu Martínez y el Cuti Romero, y en el golazo de Fideo, consiguió una victoria clave, que lo sostiene como escolta de Brasil en la tabla de posiciones.
Los charrúas, empujados por la necesidad y intención de cambiar la pobre imagen que ofrecieron en el último cruce en el Monumental (lapidario 3-0 de Messi y compañía), apostaron a una presión extendida, con las líneas bien juntas, asfixiando la salida de la Albiceleste, lo que le proporcionó o recuperación alta, o que Argentina tuviera una baja calidad de posesión. Incluso pudieron romper la paridad a los cuatro minutos, cuando luego de pelear un balón sucio en el área rival, Nández quedó cara a cara con Dibo Martínez, quien se impuso en el duelo.
Pero en la primera oportunidad que la visita pudo sacar la cabeza para tomar aire, golpeó. A los 7′, Dybala le robó un balón a Piquérez y cedió para un Di María dentro del área. Y Fideo dibujó un gol de colección: sin recorrido, sacó un zurdazo ajustado al ángulo, que rubricó el 1-0.
Hasta los 20 minutos, la tónica no se modificó. Uruguay continuó aplicando el rigor del pressing y Argentina intentó no perder el orden y detectar los huecos para salir limpio. Dos veces Suárez (primero de tiro libre, y luego con un remate desviado junto a un palo) avisó para el local. Pero el desarrollo ya empezó a exhibir signos de aplomo por parte de los conducidos por Scaloni. Con tramos de tenencia un poco más extensos, y un par de piques al vacío de Di María o Martínez que marcaron el camino de posibles grietas en el adversario.
El tiro en el palo de Suárez a los 30 representó un despertar para la Celeste, que con empuje volvió a meter a la Selección en su campo. A los 41, tras otra recuperación alta de Uruguay, Lucho habilitó a Vecino, quien quedó de frente al arco, pero el tiro le salió algo centralizado, y volvió a responder Martínez. Recién allí, desde la paz de De Paul, el campeón de América pudo bajarle un cambio al partido y cobijar la pelota hasta el descanso.
Dybala, con una molestia, se quedó en el vestuario en el inicio del segundo tiempo; su lugar lo tomó Joaquín Correa. Pero Argentina siguió incómodo, sobre todo a la hora de salir, sin sintonía fina en varios de sus hombres ante la presión del anfitrión (Guido Rodríguez, Otamendi, Lo Celso).
Aún con desprolijidades y escaso juego elaborado, Uruguay marcó los compases del desarrollo. Piquérez pudo empatar con una arremetida a los 4′ y un centro de Torres que se cerró forzó la intervención de Dibu Martínez. Al ver que el equipo sufría el partido, Scaloni apeló a los cambios: les dio pista a Ángel Correa y Alejandro Gómez. El Papu, con un unipersonal, estuvo cerca de ampliar el score.
A los 29 minutos del complemento, la Selección edificó la mejor jugada del partido. Ángel Correa y Molina armaron una pared por el rincón derecho, el ex Boca lanzó el centro y el otro Correa, Joaquín, no logó conectar de lleno para rematar la victoria. 60 segundos después saltó al campo Messi en lugar de Lo Celso.
El epílogo levantó el nivel de tensión, sobre todo por el resultado abierto. Álvarez Suárez, de cabeza, tuvo la más clara para el local. Luego, un remate suyo casi provoca un blooper del guardameta, que se repuso después de que la pelota le pasara por debajo del cuerpo. Y Messi, a pase del Huevo Acuña, mandó a la nubes una chance que, de estar al 100%, podría haber tenido otro destino.
La urgencia y el amor propio de Uruguay (hoy fuera de repechaje, pero con los mismos puntos que Colombia, en posición de repesca) desdibujaron la imagen de Argentina, que venía en alto nivel. De todos modos, incluso en un partido lejos del pico de su rendimiento, la Albiceleste consiguió un triunfo decisivo. Desde el peso de sus individualidades, la resistencia y el oportunismo de Di María. Y sigue construyendo mística, como base del sueño de la copa del Mundo.
El próximo compromiso de la Selección será el martes, desde las 20.30 en San Juan, nada menos que ante Brasil.