Por Marcelo Pérez* para Diario Cuarto Poder | El presidente Alberto Fernández ya demostró que no es ningún improvisado y el miércoles en cadena nacional puso blanco sobre negro hacia dónde está dirigida su política de redistribución de la riqueza. Un país más equitativo, justo y federal está en marcha.
Fin de la opulencia
La “opulencia” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en virtud de los recursos que recibe frente a la situación de otros distritos de la que había hablado el presidente Alberto Fernández la semana pasada, tuvo su correlato el miércoles, cuando en medio de la protesta policial salió a anunciar por cadena nacional que resolvía quitarle recursos coparticipables a la CABA para enviarlos a la Provincia, y así atender la urgente demanda salarial de la fuerza policial.
En relación a las críticas que recibió el anuncio, por parte del gobierno porteño, el Presidente señaló: “Me asombra cuando plantean como un hecho inesperado el tema de la coparticipación, ya que es algo que venimos planteando desde el primer día, pero llegó la pandemia y muchas de estas discusiones las postergamos. Nadie puede verse sorprendido por esto”.
Es que desde que asumió la presidencia, Alberto Fernández estableció como una de sus metas prioritarias devolver a las provincias protagonismo y de ahí que hace pocos días ya había anticipado el lanzamiento de un plan federal de obras públicas con recursos nacionales, para ir reactivando las economías locales para generar nuevamente empleo y riqueza post pandemia.
Beneficio sin justificación
Ahora, el Gobierno le quitó 1,18% de coparticipación a la Ciudad, porcentaje que le había dado Mauricio Macri como beneficio extra mientras fue presidente en 2018. Así la CABA pasó de tener 3,5% a 2,32 por ciento. Esto significa (en dinero), una quita cercana a $36 mil millones anuales en concepto de coparticipación del presupuesto porteño.
Para tener una idea del por qué Alberto Fernández decidió ir de lleno por los recursos porteños basta un dato: el presupuesto per cápita de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el año 2019 era $106.472, mientras que en la Provincia de Buenos Aires era de $53.509.
Se beneficiaba un territorio en desmedro de otros, afectando intereses generales en su conjunto. Se privaba al Estado Nacional de recursos útiles para poder llevar adelante políticas esenciales para corregir desigualdades estructurales evidentes en las provincias.
Reconocimiento federal
Al respecto, el gobernador Juan Manzur celebró la medida Nacional anunciada dentro del nuevo presupuesto federal. “Es un anuncio muy importante del Presidente Alberto Fernández que implica una distribución más equitativa entre las provincias. La Argentina tiene que cerrar brechas con respecto a la distribución de ingresos. El norte argentino históricamente siempre estuvo postergado con respecto a otras regiones. Este diseño del presupuesto federal nos llena de entusiasmo y alegría. Nos genera esperanza de un futuro mejor”.
Hay que ver que con la pandemia hubo un parate importante de la económica y por ende de la recaudación. En estas circunstancias, la recaudación nacional, de las provincias y municipios se vio afectada, tanto por la reducción del monto de impuestos y tasas derivado de la inactividad, como por el atraso en el pago de los mismos. Como todo tiene que ver con todo, terminó impactando fuerte en las transferencias por Coparticipación y en las provincias ya que esos fondos representan una buena parte de los ingresos provinciales, en promedio, alcanzan el 71,3% del total de ingresos provinciales.
Pese a todo, la Nación hizo un esfuerzo muy grande para asistir a las provincias.
Coparticipación y caída de la recaudación
Alberto Fernández ha impulsado una serie de políticas tendientes a sopesar el impacto negativo de la caída de la recaudación sobre los erarios provinciales. A través del decreto 352/20 se redestinaron recursos para mejorar los aportes del Tesoro a las jurisdicciones provinciales y para fortalecer el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial. Básicamente, $60.000 millones se orientaron al Fondo de Aportes del Tesoro Nacional para las Jurisdicciones Provinciales y $60.000 millones, a fortalecer el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial.
Esta decisión se puede identificar en la modificación del presupuesto a través del incremento de los Programas Asistencia Financiera a Provincias y Municipios (en el presupuesto refleja sólo un incremento de $50.000 millones), y Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, en Obligaciones a Cargo del Tesoro.
Partidas a las provincias
Es posible distinguir además, un sensible incremento en la partida Relaciones con Provincias y Desarrollo Regional y Asistencia a Gobiernos sub-nacionales, del Ministerio del interior, que pasa de $5.526 millones a $74.821 millones.
Entre las tres modificaciones presupuestarias el incremento ascendió a $179.295 millones adicionales y representa el 26% del total de la ampliación de las partidas presupuestarias.
El promedio de la asistencia financiera (incluyendo cajas previsionales y convenios específicos) en relación a recursos de coparticipación asciende al 18% del total de las transferencias del primer semestre de 2020.
Las medidas para resguardar el empleo y el ingreso de sectores vulnerables han tenido un importante impacto en el sostenimiento de buena parte de la recaudación provincial.
Los montos de los Programas de Asistencia al Trabajo y la Producción, el Ingreso Familiar de Emergencia, refuerzos de las tarjetas alimentarias, asignaciones familiares, asignaciones universales por hijo y de los haberes jubilatorios, además de los créditos a tasa cero y tasa del 24% ascienden a $410.276 millones.
Un mando constitucional
Con todas estas medidas más el Programas Asistencia Financiera a Provincias y Municipios se busca nada más y nada menos que cumplir con un mando de la Constitución: proveer al crecimiento armónico de la Nación, promoviendo políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones.
Ya lo decía el economista estadounidense Henry George (1839-1897) autor del libro Progreso y miseria: “Mientras todo el aumento de riqueza suministrado por el progreso vaya sólo a formar grandes fortunas, a aumentar el lujo y acentuar el contraste entre la Casa de la Opulencia y la Casa de la Privación, el progreso no es real y no puede ser permanente”.
Argentina necesita ser un país republicano y federal; equitativo, para todos, sin excluidos ni discriminación.
*Columnista