El 15% de los encuestados tiene una percepción negativa de su estado de salud. La cifra se duplicó en 8 años. También creció el malestar psicológico. El impacto de la crisis económica.
La pregunta es vieja y difícil: ¿la realidad existe por fuera de las sensaciones que se tienen de ella? Se dice mucho de los efectos materiales de la crisis económica, pero, ¿le damos un lugar a la percepción, o sea, a cómo nos sentimos frente a un escenario negativo, objetivamente cuantificable? El Observatorio de la Deuda Social de la UCA, sí. Con su tradicional enfoque multidimensional, difundió un informe estadístico que se centra en las consecuencias cualitativas de la crisis argentina. ¿Los trazos gruesos? En 2018 más personas que en 2017 dijeron sentirse deprimidas e infelices. Y a más bajo estrato socioeconómico, las cifras fueron peores.
El trabajo abarca la serie 2010-2018 y se titula “La mirada en la persona como eje del desarrollo humano y la integración social”. Entre el comienzo y el final del período tomado se advirtió una duplicación en el número de personas que dijeron tener una percepción negativa de su estado de salud; esto es, las dimensiones física, biológica y psicológica. Entonces, mientras en 2010 el 7,5% de los consultados había mostrado una percepción negativa en ese sentido, en 2018 la cifra se alzó al 15,7%.
La felicidad también fue considerada y registró un cambio de tendencia: mientras de 2014 a 2017 el nivel de infelicidad venía bajando, en 2018 retornó el malestar registrado al comienzo de la década, con un 13,6% de personas que se consideraron “poco o nada” felices.
Felicidad, Argentina año verde
Con cifras crecientes de inflación y desempleo, los datos abultados de infelicidad parecen obvios. Sin embargo, las cifras a la luz de la brecha socioeconómica son bastante dramáticas. Mientras el 4,4% de los argentinos de clase media-alta dijo sentirse infeliz en 2017, y el 6,7% se autoproclamó así en 2018, el 18,9% de quienes pertenecen al sector muy pobre se sintió infeliz en el primer año, y el año pasado, nada menos que el 22,4%.
fuente: clarín