Rodrigo Espíndola, jugador del plantel profesional de Nueva Chicago –equipo que compite en la Primera B Nacional– fue víctima de dos delincuentes que quisieron entrar a su casa.
Lo sorprendieron en el frente del hogar, ubicado en la intersección de las calles Mitre y Dorrego, en la localidad bonaerense de Monte Grande, y allí recibió un tiro en el tórax.
El jugador fue atendido en el Hospital Santamarina, donde falleció hacia la una de la madrugada. Tenía 26 años. Al momento de ser asesinado, Espíndola estaba con su esposa y su hijo. Los ladrones intentaron ingresar a la vivienda pero el joven defensor lo impidió y recibió el disparo.
Hace tres temporadas que jugaba en el club de Mataderos y tenía su puesto en el equipo titular. Su muerte fue confirmada por el vicepresidente de la institución, David Ferreiro, a través de las redes sociales. “Lamento desde el alma informar que nuestro jugador Rodrigo Espíndola falleció hace instantes. Nueva Chicago a través de su Comisión Directiva se pone a disposición de la familia y se suma al reclamo de justicia y esclarecimiento del hecho. No hay nada que justifique la pérdida de vida de un joven con todo el futuro por delante. Pedimos una oración en su memoria”, expresó el dirigente.
En diálogo con radio La Red, Ferreiro contó que el deportista fue abordado por los delincuentes cuando quería guardar el auto en su garaje. Al querer evitar que entraran a la vivienda, le dispararon en el pecho. “Lamentablemente esto va a volver a pasar. Esto no tiene solución. Puede ser cualquiera de nuestros hijos. Mañana otra familia va a sufrir esto”, agregó el vicepresidente del club.
El ‘Rulo’ Espíndola, tal como se lo conocía, se inició en Chacarita y luego tuvo un breve paso por Racing donde solamente jugó en reserva. Después fue convocado por el técnico Omar Labruna para ser transferido al “Torito” de Mataderos, donde jugaba desde hacía algunos años.