El mundo de la moda empezó a adoptar una nueva forma. De a poco, esas famosas siluetas casi escuálidas, talles dinimutos, con exceso de hueso y oda a la delgadez comenzaron a darle paso a las denominadas “mujeres reales”. Las curvas se hicieron presente en el ámbito fashionista. Los cuerpos “rellenitos”, rostros redondos y la abundancia parecieron llegar a la pasarela para quedarse. Y si hay una representante de esta nueva generación, ella es Ashley Graham, la verdadera encargada de revolucionar la estética en el mundo de la alta costura. La modelo, y futura empresaria, demostró que el cuerpo robusto también se debe llevar con orgullo y con estilo.
La protagonista, de 28 años, fue considerada por la revista Forbes como una de las personas menores de 30 años con más influencia del mundo, gracias a su desparpajo y a su estilo.
Fue descubierta por un agente de la agencia ‘I & I’ mientras se encontraba de compras en el Oak View Mall de Omaha en Nebraska- en 2000- con apenas 12 años. Un año después, fue fichada por la agencia Wilhelmina Models y luego, por Ford Models.
Acaba de estrenar su octava línea de ropa interior llamada Addition Elle y ha firmado otra colección cápsula para Dressbarn. Además, también presentará una colección de baño con Swimsuitforall y su vestimenta de indumentaria fitness -Nola Activewear- con prendas hasta el talle 4X. En la actualidad, su empresa factura USD.1.6 millones.
Bellísima, sensual y con mucho carácter, Ashley no tuvo ningún tipo de inhibiciones a lo largo de su carrera. Fue la gran protagonista del Fashion Week de Nueva York, con un desfile de ropa interior diseñada por ella misma con la ayuda de otros profesionales. Fue la segunda vez que se presentó en esa pasarela para desfilar una colección de prêt-à-porter: hubo vestidos de cóctel con lentejuelas, ropa de oficina y hasta lencería.
En su más reciente producción posó desnuda para la lente de reconocido fotográfo Matthew Eades . Explosiva y fresca, la morocha de 28 años también acaparó la imagen de la revista femenina Grazia en su edición británica de septiembre – la entrega más importante de la moda-, bajo el título de “Big fashion issue”.
La modelo logró conquistar puestos en la industria jamás impensados, como el Calendario Pirelli o la portada de traje de baño de Sports Illustrated, una revista masculina donde posaron las mujeres mejores pagas de la industria como Tyra Banks, Elle McPherson o Heidi Klum. Lo mismo ocurrió con la revista SELF, dedicada a salud, belleza y fitness, que la eligió como imagen de su tapa.
Con casi 3 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, los fanáticos apoyan su gran crecimiento a nivel laboral y también los valores que trasmite. Es activista y promueve campañas como la de Plus is Equal en Estados Unidos, que busca una mayor representación en la moda de las mujeres con curvas, que constituyen el 67% de la población femenina.
Así y todo, sus conquistas son aún más ambiciosas. Su misión es dejar una huella, establecer un cambio de conciencia, que no sea no una simple cuestión de moda pasajera. Des esta manera, Graham es una de las figuras principales del movimiento Health at Every Size (HEAS, Salud en toda medida), que busca inspirar a las personas a llevar un estilo de vida saludable más allá de la preocupación por su peso o por lucir “perfectas”.
Con un mensaje polémico, fue protagonista de una de las charlas TED, donde su participación causó furor: “¿Gordura en la espalda? La veo salir de mi sujetador, pero me gusta, voy a escoger amarte. ¿Muslos gruesos?Son tan sexys que no pueden dejar de tocarse entre los dos, los conservaré”.
“Estoy en el momento de erigir un imperio”, confesó a la revista Maxim en primavera, de la que fue portada, marcando otro hito en la historia de la publicación.
Ashley Graham le demostró al mundo de la estética que los tamaños grandes también son sexys y también pueden cargar las prendas más lujosas del mundo con estilo. Y para todas las mujeres ajenas al mundo fashionista les dejó claro: cualquiera puede aspirar a ser modelo, sin importar el tamaño, la edad, las habilidades… sin importar nada.