crimen

Tarde de viernes. Los policías de la Brigada de investigaciones sur ya tenían en sus manos la orden escrita para aprehender a Elvio Díaz y a Carlos “Kokoz” Rodríguez, acusados de un doble crimen con sello mafioso, ocurrido en Salta.

Pero los uniformados debieron poner a prueba su paciencia, ya que no tenían indicios claros sobre el paradero del procurador, alguna vez candidato a intendente de la ciudad de Alberdi, y del actual empleado de esa intendencia.

Recién el domingo, los pesquisas averiguaron que Díaz, aficionado al rugby, había ido a ver el partido entre La Querencia y Coipu, por la semifinal del Torneo Desarrollo, pero como estaba con su hijo de cuatro años, implementaron una sutil vigilancia a la espera del momento indicado.

Cuando concluyó el match, advirtieron que el sospechoso del doble crimen se quedó para sumarse al tercer tiempo, lo que los obligó a seguir prorrogando el operativo de detención.

En un momento dado Díaz salió del quincho por unos minutos y fue entonces cuando le avisaron que debían detenerlo, a lo que el procurador respondió que no se opondría, sólo pidió que le dieran tiempo para que arreglara que alguien se lleve a su hijo con la idea de que no asista a ese momento.

Aún así, cuando fue escoltado al móvil policial, sus compañeros de club reaccionaron, pero los investigadores los calmaron comentándoles lo que estaban haciendo.

“Kokoz” en cambio, siguió su costumbre de salir de pesca el viernes por la tarde y cuando retornaba, alguien le advirtió que la Policía estaba tras sus pasos.

Permaneció escondido hasta el lunes a la tarde, cuando en compañía de su defensor Tomás Arce decidió ponerse en manos de la justicia, entregando también el Toyota Corolla que usaron los para viajar a Salta y que la Policía no podía encontrar.

Uno de los detenidos por el crimen con sello narco en Salta visitó varias veces a un dealer preso en Concepción.

El doble crimen con sello narco que se les atribuye a los dos tucumanos detenidos este fin de semana en el sur provincial, ocurrió a unos 700 kilómetros, en territorio salteño, pero aún así a poco andar los investigadores hallaron vínculos entre este caso y otro que data de hace más de tres años y que conmocionó a una pequeña localidad sureña.

El dato que sobresale cuando se analizan ambos sucesos es que hay nombres que se repiten en las dos pesquisas.

En marzo de 2021, el cadáver de Víctor Hugo Brito (58) fue hallado en su vivienda de La Invernada, torturado antes de ser ultimado de un disparo en la cabeza.

Horas más tarde, en la zona conocida como “El Sacrificio”, apareció un vehículo totalmente quemado que en el interior tenía los restos incinerados de Gonzalo Brito (19), hijo del primero.

Varias pistas fueron revisadas para tratar de ubicar a los autores del hecho, pero nunca se lograron avances, a lo que se sumó que los familiares de los Brito siempre dijeron que los crímenes tenían que ver con el oficio de prestamistas que padre e hijo ejercían.

Para los pesquisas en cambio no había dudas de que el doble crimen estaba relacionado con las drogas, atribuyéndolo a sicarios que se habrían encargado de asesinarlos, debido a algún imperdonable desliz relacionado con alguna suma de dinero destinada al negocio.

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La misma razón se le atribuye al crimen de los jóvenes bolivianos, por el que están acusados Elvio Díaz y Carlos Rodríguez.

Las cuatro ejecuciones, según los primeros informes, fueron consumadas con pistolas nueve milímetros, por lo que una comparación balística puede ser clave para dilucidar si en ambos hechos se emplearon las mismas armas.

El fiscal Miguel Varela que investiga el primer caso ocurrido en el sur de la provincia apuntó a Roque “Colorao” Carrazáns, detenido en octubre de 2021 con 20 kilos de marihuana por efectivos de la Digedrop.

El dealer, que fue imputado como uno de los proveedores de los “quioscos” de Juan Bautista Alberdi y otras ciudades del sur tucumano, habría intimidado a otras personas a quienes les dijo que “les pasaría lo mismo que a los Brito” si no cumplían con algunos pagos, aunque las autoridades no pudieron relacionarlo más directamente con las impresionantes ejecuciones.

Díaz, que también estuvo mencionado en esa causa, pero el expediente con su nombre se internó en el mismo callejón sin salida que el del “Colorao”.

Ahora la confirmación de que el procurador detenido por el doble crimen de Salta visitaba frecuentemente a Carrazáns en el penal de Concepción, al igual que empleados del municipio de Alberdi a quienes se ve abrazados con “El Colorado” y con Roger William Doldan, quien purga prisión perpetua por el crimen de Cecilia Brito, ocurrido en junio de 2012; y bao sospecha de vender droga en La Cocha.

El nombre de Carrazáns volvió resonar en los estrados judiciales el día que fue condenado a ocho años y 10 meses de prisión, pena solicitada por el fiscal Pablo Camuña y la auxiliar Lucía Doz Costa tras acusrlo del delito de organizador de comercio de estupefacientes.

En el juicio que concluyó este martes, también fueron sentenciados Diego Ledesma, Mauro Alejandro Herrera y Miguel Ruiz, con una condena de cinco años de reclusión.

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