La recuperación del poder adquisitivo en dólares y la mayor competencia en el segmento de los autos chicos está mejorando la relación entre salarios y el valor de los 0km.
El año automotor termina con un mercado bastante distinto a como lo comenzó. La devaluación de diciembre del 2023 provocó una fuerte suba de los precios que, a lo largo del 2024, se fueron acomodando a través de los descuentos que hacen las fábricas y las concesionarias.
También reapareció la financiación, ante el descenso del índice de inflación, y esto ayudó a impulsar la demanda y compensar la desaparición de compradores oportunistas que ya no encuentran beneficio para el consumo por la brecha cambiaria.
También hubo una recuperación del poder adquisitivo de algunos sectores de la sociedad que, con un dólar que frenó su suba descontrolada, mejoró en dólares.
Hasta hace dos meses, la cantidad de salarios mínimos que se necesitaban para comprar el auto 0km más accesible del mercado (en ese momento era el Fiat Mobi) requería 71 sueldos.
Con la llegada del Kwid esa relación mejoró un poco, ya que el vehículo de la marca francesa vale un poco más de un millón menos y el salario mínimo vital y móvil subió en octubre. Es decir, la mejora no se produce tanto por un mayor ingreso, sino por una oferta más accesible.
Ahora se requieren cinco sueldos menos que hace dos meses.
El SMVM es de $271.571, con el último ajuste de octubre, mientras que el modelo de Renault vale $17.900.000. La cuenta da, exactamente, 65,9 sueldos.
Medido en dólares, el Kwid cuesta u$s15.700, el segundo valor más alto de la región, salvo Bolivia que se vende a más de u$s18.000.
Se podría tomar otro tipo de salario (el sueldo promedio de la economía o el salario industrial), pero se hace más difícil la comparación por lo que es más representativo hacerlo siempre con el SMVM.
Más cuando se compara con otros países donde la forma de medir el salario promedio difiere. Con el salario mínimo hay menos confusión.