De los casi $170 millones que pagó la Ciudad por adelantado solo se encontraron $2 millones. La firma denunciada por estafa presentó a su vez una denuncia similar contra su proveedor, un farmacéutico que habría comprado la empresa en enero de este año.

La historia que se cuenta en esta nota podría ser el guión de una ficción denominada “los negociados de la Argentina en pandemia”, pero está más cerca de una tragedia en la vida real. El 30 de marzo, el Gobierno de la Ciudad le compró a la empresa “E-ZAY SRL” 5 millones de barbijos. Fue una contratación directa basada en la emergencia sanitaria. Tres días después, sin consultar los antecedentes de esa firma ni recibir un solo barbijo, fueron transferidos por adelantado $162.350.000. Casi un 50% por ciento de los $340 millones comprometidos. La empresa beneficiada se dedicaba al rubro informático y al negocio de los call center. Recién en febrero se inscribió ante la AFIP para vender insumos médicos. Traducción: oportunistas que vieron la ocasión para hacer negocios. Pero no fueron los únicos.

Hasta el jueves, la Ciudad había recibido apenas 150 mil barbijos. La respuesta fue una denuncia penal por estafa. Muy tarde. En la cuenta bancaria de los $162 millones, hoy apenas quedan $2 millones. El resto del dinero terminó en unas 40 empresas, según pudo saber este medio en fuentes judiciales. Mientras tanto, al menos tres jueces intentan ubicar a los responsables de esa cadena de estafas.

El escándalo arrancó el 30 de marzo, con la adjudicación directa a la firma E-ZAY de la provisión de barbijos a la Ciudad. La resolución lleva la firma del ex Subsecretario de Administración del Ministerio de Salud, Nicolás Montovio, el único funcionario que renunció hasta ahora por la compra de barbijos N95 a la empresa Green Salud, del abogado Ignacio Sáenz Valiente.

El 2 de abril, la Ciudad transfirió $162.350.000 a la cuenta bancaria de E-ZAY, una empresa que simplemente oficiaba de intermediaria y ya había acordado la compra de los barbijos con otra firma denominada MEDINSUMO SRL, con antecedentes en el rubro sanitario pero ninguna venta a la Ciudad. La avivada le costó muy caro. Ese mismo día, le transfirió $60.500.000 a su proveedor pero los barbijos jamás llegaron.

Luego de negociar durante tres semanas, el 24 de abril, la empresa E-ZAY presentó una denuncia penal contra MEDINSUMO. Según esa presentación, que ingresó a través de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI), a cargo de Horacio Azzolin, y terminó en el juzgado criminal y correccional 40 y en la fiscalía a cargo de Mónica Cuñarro, la empresa dedicada a la informática dice haber sido estafada.

fuente: infobae

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