La salida de Neymar y la escasa actividad del Barcelona en el mercado deja a Messi más solo. (AFP)

En las últimas horas del mercado de pases, el club catalán se negó a pagar las cifras siderales que PSG y Liverpool pidieron por Di María y Coutinho.

Fueron semanas de conversaciones, reuniones secretas y no tanto, ofertas y rechazos, presiones veladas y a cielo abierto, novelas por capítulos. En las últimas horas los teléfonos sonaron más que nunca. Sin embargo Barcelona cerró el mercado de pases sin concretar la transferencia de los dos futbolistas por los que pujó en los últimos días: Philippe Coutinho y Ángel Di María. Así, Lionel Messi y sus compañeros deberán apretar los dientes y encarar una temporada que no asoma sencilla.

La búsqueda de Coutinho tuvo su movimiento final el viernes, a horas del cierre del período de transferencias, cuando el Barsa ofreció la astronómica cifra de 160 millones de euros, pero los ingleses, en sintonía con un mercado que no conoció de límites al momento de pedir, exigieron 200 millones. Hasta ahí llegó el amor de los catalanes, que renunciaron a seguir negociando.

Ni siquiera la presión del futbolista del seleccionado brasileño (el jueves marcó un gol en la victoria ante Ecuador) logró torcer la voluntad de retenerlo de los británicos. Dos semanas atrás, presentó el transfer request, un documento admitido por la Premier League en el que el jugador manifiesta su voluntad de firmar con otro club contra la voluntad de la institución que lo tiene contratado. Y se ausentó de un par de partidos, con la excusa de una lesión. Pero no hubo caso.

En cuanto a Di María, la gestión con París Saint-Germain no era sencilla, sobre todo teniendo en cuenta la aspereza que generó el pase de Neymar, que Barcelona consideró una deslealtad y una violación del fair play económico que establece la UEFA.

Inicialmente los catalanes ofrecieron 35 millones de euros más variables al PSG, que por su pase había pagado 65 millones a Manchester United hace dos años. Tras el primer rechazo hubo una propuesta superadora, pero los franceses se plantaron: 80 millones o nada. Fin de la historia.

“El mundo del fútbol está cambiando. Los clubes tradicionales éramos los que liderábamos estos mercados, ahora los principales los actores son los multimillonarios y los grupos de inversión”, sostuvo Albert Soler, director de Deportes Profesionales del Barsa, al justificar la decisión de no pagar las cifras que Liverpool y PSG pidieron. “Nuestras decisiones deben ser consecuentes con la manera de ser del Barcelona. No cruzaremos líneas rojas que pongan en riesgo a un club de más de cien años de historia”, añadió.

Semanas atrás se había especulado con la supuesta incomodidad de Lionel Messi ante la salida de Neymar y la imposibilidad de sumar refuerzos de jerarquía y hasta se habló de la chance de que el rosarino no renovara su contrato (vence en junio de 2018). Sin embargo, Soler aseguró que el vínculo se renovará en breve.

“Cuando el club anuncia un acuerdo (se hizo el 5 de julio) es que está validado por las dos partes. El club no se lanza a la piscina. Solo falta el acto protocolario. La firma de Messi será en breve y cuando decimos en breve es en breve. Quiero mandar un mensaje para los que puedan estar preocupados. No hay ningún problema”, enfatizó el dirigente.

Por su parte, Robert Fernández, secretario técnico de Barcelona, intentó minimizar la supuesta preocupación de Messi por la conformación del plantel. “Leo está rodeado de grandes jugadores. Tiene grandes jugadores en su plantilla y un equipo fantástico. Estamos satisfechos con las nuevas incorporaciones”, sostuvo.

En este mercado de pases, en el que perdieron a Neymar (PSG pagó los 222 millones de euros para activar la cláusula de rescisión de su contrato), los catalanes sumaron como principal refuerzo a Ousmane Dembélé, que llegó de Borussia Dortmund a cambio de 105 millones de euros más 42 en variables tras otra complicada gestión.

Mientras se negociaba su pase, el francés se declaró en rebeldía, dejó de entrenarse junto a sus compañeros y hasta abandonó Alemania. A la fuerza, logró que su club, que procuraba retenerlo a capa y espada, lo negociara.

También llegaron al Barsa el brasileño Paulinho, de Shanghai Shenhua (a cambio de 40 millones de euros); el portugués Nelson Semedo, de Benfica (30 millones), y el catalán Gerard Deulofeu, de Milan (12 millones).

 

 

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