Fue 3-1 en Liniers con goles de Benedetto, Peruzzi y Pavón. Romero descontó para el local.
Con sus perseguidores esperando un tropiezo (habían ganado todos previamente), Boca jugó en Liniers con la tranquilidad de saber que nada lo sacaría de lo más alto del torneo, y a pesar de contar con esa presión jugó bien, ganó y recuperó una buena distancia en la punta. El conjunto de Guillermo Barros Schelotto se impuso 3-1 en el estadio José Amalfitani y con 43 unidades le lleva cinco puntos al único escolta, Newells (38). En tanto, Vélez tiene 19 puntos y piensa más en la tabla de abajo que en los puestos de arriba.
Boca arrancó con todo y tuvo varias situaciones para adelantarse en pocos minutos. Con mucha movilidad y rapidez, la gambeta de Ricardo Centurión complicó a toda la defensa local. A los cinco llegó la primera a través del ex Racing. Arrancó en velocidad, jugó una pared con Peruzzi y definió mal a la salida de Fabián Assmann.
Casi a los ocho el arquero local se lució al tapar un mano a mano a Pablo Pérez. El ex Newell’s desaprovechó un buen pase y una contra rápida, y definió al bulto cuando salió el arquero: Benedetto y Centurión entraban solos por el medio. Mala elección. En la salida de ese córner Pavón reventó el travesaño tras una pared con el nueve xeneize.
Parecía que era cuestión de tiempo para que Boca se adelante. Y así fue. Como en todo el primer tiempo, la apertura llegó por la velocidad de los de arriba. Centurión volvió a manejar a la perfección un ataque rápido, abrió para Pavón por la derecha del ataque y el delantero cedió con criterio para Benedetto, que apareció sin marca por el medio. El goleador definió de primera para el 1-0.
A los 26′, Pablo Pérez quiso buscar su revancha y disparó desde lejos, pero Assmann volvió a ganarle el duelo personal luciéndose con una tapada con vuelo incluido.
¿Y para Vélez? Casi nada. Fue totalmente dominado, desbordado y superado por el equipo visitante. Para colmo, a falta de dos minutos para el final, Canteros se fue expulsado por una dura plancha a Insaurralde. Bien por el árbitro Patricio Loustau que no dudó en sacarle la roja directa.
Al segundo tiempo Boca salió más tranquilo respecto del ritmo que había mostrado en los primeros 45′. Justificado por el hombre de más y la ventaja, hacía circular la pelota con paciencia de lado a lado, de extremo a extremo de la cancha. Pasados los cuatro minutos de esa etapa, Fabra no llegó a conectar un pase de Pérez para el segundo. Pero iba a llegar rápido. A los ocho, los roles se invirtieron entre Peruzzi y Pavón. El lateral fue a buscar un centro del delantero y cabeceó al primer palo, dejando sin oportunidad al uno de Vélez. Boca jugaba con muchas libertades. Assmann evitó el tercero a los 11′, cuando le tapó un mano a mano al colombiano Fabra.
Pero al igual que el encuentro contra San Martín en San Juan, a Boca le descontaron de pelota parada cuando nada hacía suponer que Vélez podría convertir. A los 37′ Romero encontró la pelota en un córner después de varios pifies y le pegó fuerte cerca de Rossi. Impensado.
Dicho descuento fue una ilusión: el conjunto de Omar De Felippe nunca tuvo chances de empatar el partido. Al minuto, Boca volvió a sacar dos goles de ventaja. Pérez tocó una vez más para Fabra bien abierto por el lateral izquierdo, y su centro encontró el pie de Pavón que de pique al piso metió el tercero. Dio la sensación de que Assmann, de buena actuación, en esa acción no reaccionó del todo bien.