Según datos oficiales con , el presidente tendría un 45,71% de los votos y su principal rival, Carlos Mesa, tendría 38%. Para ganar en primera vuelta era necesario una diferencia de 10 puntos.
Luego de una jornada marcada por la incertidumbre en Bolivia, los primeros datos oficiales difundidos por el Órgano Electoral Plurinacional muestran que Evo Morales se impone en las elecciones presidenciales, pero tendrá que ir a una segunda vuelta contra el ex presidente Carlos Mesa.
Con cerca del 90% de los votos escrutados, el actual mandatario tendría un 45,71% de los votos y su principal rival, de la alianza de centroderecha Comunidad Ciudadana, alcanzaba un 38% de los votos.
Según las leyes bolivianas, para ganar en primera vuelta, hace falta el 50% de los votos o el 40% y una diferencia de al menos 10 puntos con el segundo.
Así, Mesa tiene la chance ahora de unir a la oposición, que se presentó en ocho listas, para lograr un frente mayoritario que pueda desbancar del poder al ex líder de los sindicatos cocaleros, que maneja los hilos del país desde enero de 2006.
Los resultados confirman el clima de hastío que reina en gran parte del país, luego de casi a14 años de gobierno de Evo Morales que, aunque ha logrado una notable transformación en el país con elevados índices de crecimiento económico, ha perdido gran parte de su popularidad.
Carlos Mesa celebró el pase a una segunda vuelta como si fuera ya una victoria definitiva. /AP
Se trata de un fuerte golpe para el mandatario, que esperaba asegurarse el triunfo en primera vuelta, ya que la oposición, que se presentó fragmentada, podría lograr la unidad que le dé el pase a la casa de gobierno.
Mesa, quien fue presidente interino en una etapa convulsionada del país entre 2003 y 2005, llamó en la noche del domingo a todo el arco opositor a unirse para lograr un triunfo definitivo el 15 de diciembre, cuando se celebre la segunda vuelta.
Desde su centro de campaña, en la elegante zona sur de la ciudad, un Mesa exultante llamó a la unidad de la oposición para “tranformar este país y construir una Bolivia mejor”.
“Hemos logrado un triunfo incuestionable que nos permite decir que estamos en segunda vuelta”, celebró, acompañado en el escenario por su compañero de fórmula, Gustavo Pedraza.
“Abrimos el espacio a todos los votantes que han querido escoger otros caminos diferentes al nuestro. Ahora, Bolivia tendrá que escoger entre dos opciones para el país”, remarcó Mesa. “Nuestra invitación: construir más unidad, para estar seguros de contar con la mayoría de los bolivianos, para que nos den el triunfo definitivo”, concluyó, en medio de los cánticos de sus seguidores.
Mientras, en la Plaza Murillo de La Paz, frente al Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno, militantes del oficialista Movimiento al Socialismo celebraban con banderas el triunfo de Morales y esperaban que el presidente hiciera alguna declaración.
Cerca de las 21.30, una hora después de la difusión de los primeros resultados, el presidente llegó al Palacio presidencial junto con su vice Alvaro García Linera. Allí celebró “un nuevo triunfo”. Y arengó: “Cuatro elecciones consecutivas ganamos en Bolivia. Histórico, inédito”.
Pese al coro entusiasta de los seguidores del MAS, con sus banderas blancas y azules, el presidente no se veía eufórico. Sabe que se inicia ahora una nueva campaña que será más complicada.
“El esfuerzo, el compromiso con Bolivia no ha sido en vano. El pueblo boliviano se ha impuesto para continuar con el proceso de cambio”, afirmó Evo. Pero, cuando el resultado ya era prácticamente irreversible, pidió esperar que llegaran los datos de las zonas rurales, donde seguramente tenía una ventaja mayor. “Vamos a esperar el último escrutinio”, aseguró.
El mandatario, que en pocos días cumplirá 60 años, aspira a su cuarto mandato consecutivo, pero llega desgastado por algunas denuncias de corrupción en su partido y, especialmente, por haber desconocido el resultado de un referéndum en 2016 en el que el 51,3% de los bolivianos rechazó que se presentara a una nueva reelección, pese a que la Constitución no permite más de dos mandatos consecutivos.
El gobierno hizo campaña mostrando sus logros económicos, en especial la importante reducción de la pobreza y la integración a la sociedad de amplios sectores hasta hace años marginados, especialmente las comunidades indígenas.
Los más de 7,3 millones de bolivianos habilitados para votar eligieron además a los miembros del Parlamento. “Tenemos mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y en el Senado”, anunció Evo. Pero al parecer ya no tendrá la mayoría de dos tercios de la que gozaba desde 2009.
La gran sorpresa en la elección fue el tercer puesto, en el que se ubicó el pastor evangélico de origen coreano Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), con el 8,74%. Y en un lejano cuarto puesto quedó el senador Óscar Ortiz, de la alianza Bolivia Dice No -que en los sondeos figuraba tercero-, con el 4,32%. Las otras cinco candidaturas opositoras quedan por debajo del 3%. A última hora, Ortiz informó que daba su apoyo a Carlos Mesa para la segunda vuelta.
Los resultados disiparon las sospechas de un posible fraude, que la oposición había expresado en los últimos días. La jornada de votación transcurrió tranquila, con incidentes menores en algunos puntos del país. Un gran operativo de seguridad, con policías y militares que patrullaron las calles del país durante todo día se había deplegado por precaución, luego de una campaña que había terminado con episodios de violencia en algunas regiones del país.