Larissa Blanco había contraído el virus quince días antes del nacimiento de sus hijos, pero murió por complicaciones en el parto. Los bebés dieron negativo y permanecen hospitalizados. “Me dejó dos angelitos”, dijo su esposo.
Durante las 35 semanas que los cargó en su vientre, Larissa Blanco (23) soñó con los rostros de sus hijos. Se imaginó dándoles de amamantar y cambiándoles los pañales. Incluso, hasta fantaseó con enseñares a caminar y escucharlos decir sus primeras palabras. Pero nada de eso pudo ser, porque Larissa Blanco falleció minutos después de dar a luz.
Su historia copó las tapas de los distintos diarios brasileños y, aunque ya pasaron algunos días, sigue conmoviendo al mundo entero. Todo comenzó el viernes 12 de junio, cuando la joven de 23 años, que transitaba un embarazo gemelar, dio positivo de COVID-19.
De acuerdo con el relato de su marido Diego Rodrigues (24), tras el diagnóstico, el cuadro de su mujer comenzó a complicarse y debió ser trasladada de urgencia a una clínica en Botucatu (San Pablo), donde decidieron realizarle una cesárea.
El hombre, que también contrajo el virus pero se recuperó, contó que estuvo presente en el quirófano durante el parto. “La vi realmente emocionada: ser mamá era su sueño”, sostuvo Rodrigues en un reportaje a medios locales.
Según Diego, el segundo bebé nació después de una pequeña complicación. Pensó que su mujer estaba bien y se despidió de ella para acompañar a los niños. En ese momento no lo supo, pero esa fue la última vez que vería a Larissa con vida.
“Tuvo una hemorragia y no pudieron contenerla. Entró en paro y, aunque intentaron hacerle una transfusión de sangre, ya era demasiado tarde. El médico me dijo que debido a COVIDO-19, su cuerpo no pudo soportar la pérdida de sangre”, explicó el padre de Guilherme y Gustavo que, afortunadamente, no contrajeron el virus.
Mientras los recién nacidos se recuperan en el sector de neonatología de la clínica, Diego Rodrigues intenta asimilar la pérdida de su esposa. “Estoy muy abatido. No puedo sacar a Larissa de mi cabeza”, dijo.
“Cuando una madre muere durante el parto, se convierte en un ángel que nos protege. Sé que Dios tiene un plan para nuestra vida. Dios permitió que me dejara dos angelitos para que yo los cuide y me den fuerzas. Lloré mucho cuando los vi por primera vez, fue lo más hermoso que me pasó en la vida”, agregó Diego.
Larissa vivía en Macatuba (un municipio de 17 mil habitantes del estado de San Pablo) y trabajaba desde hace años en el Supermercado “Santa Catarina”. En cuanto tomó conocimiento de su fallecimiento, el comercio le dedicó un sentido posteo en redes sociales.
“Nos gustaría compartir nuestro pesar por la muerte prematura de nuestra amiga Larissa Blanco, que por complicaciones en el parto terminó falleciendo. Larissa comenzó a trabajar en Santa muy joven. Pudimos verla florecer y convertirse en mujer y madre enamorada de sus bebés. Larissa era una chica traviesa, siempre alegre y sonriente. Y así es exactamente como será recordada”.
Con 212 millones de habitantes, Brasil es hoy el segundo país con más personas diagnosticadas y con más fallecidos por coronavirus, detrás de Estados Unidos.
El mayor número de muertes se concentra en los estados de Sao Paulo (15.030 víctimas fatales) y Río de Janeiro (10.198), que en los últimos días iniciaron procesos de desconfinamiento que muchos expertos juzgan prematuros por el riesgo de que la enfermedad escape de todo control.