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“Hay una macrocefalia en el Rectorado: se lleva la mayor porción y hay una disociación con las unidades académicas y las escuelas pre universitarias. Eso no debería existir. Para los gastos de funcionamiento de un Rectorado en nuestra Universidad se le destina un presupuesto de más de 300 millones de pesos y para los gastos de funcionamientos de todas las unidades académicas y todas las escuelas universitarias no llega a la mitad de ese monto”. Con estas palabras, el Decano de Ciencias Económicas y candidato a Rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Pío Jiménez, encendió las alarmas del Palacio de Lavalle al 400 cuando en su discurso de lanzamiento y presentación oficial de Reencuentro Universitario apuntó directamente contra el manejo de los fondos universitarios y puntualmente la caja de gastos de funcionamiento del Rectorado.

El Presupuesto 2021 de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) fue de $9.922.821.706. La sexta caja universitaria nacional, la primera del Noroeste argentino. Casi diez mil millones de pesos. Los fondos de la Casa de Altos Estudios se dividen en tres Funciones primordiales: Salud; Ciencia y Técnica; Educación y Cultura, donde se encuentran las Facultades, el Rectorado, las Secretarías y Escuelas Universitarias y otras dependencias de la UNT. A esta última área se destinan $9.864.758.998,00, por lo que allí se engloba casi la totalidad de los fondos universitarios. “En el último ejercicio se destinaron más de $307 millones solamente en gastos de funcionamiento al Rectorado de la UNT, constituyendo la caja negra más oscura de nuestra Universidad”, señala el sitio El Tucumano.

Las elecciones de Rector y Vicerrector para el período 2022-2026 obligan a poner nuevamente el foco en el uso y reparto de los fondos UNT, millonarias partidas históricamente marcadas por un oscurantismo sistemático que impide conocer cómo y en qué se gastan los fondos de la Universidad fundada por Juan B. Terán. El portal de datos abiertos de la UNT, maspublica.unt.edu.ar, no tiene ninguna entrada del año 2022 en el apartado Económicos Financieros. La última corresponde a noviembre de 2021, agrega la publicación.

En marzo pasado, el rector José García confirmó que del Presupuesto de $9.222 millones “casi el 90% se gasta en sueldos y que el resto queda para funcionamiento”. “En nuestro periodo de gestión pudimos reordenar el Presupuesto. Esto nos permitió salir de una enfermedad endémica de la Universidad que era tener siempre un déficit a fin de año, que pasaba al año siguiente. Ese déficit ha desaparecido, en función de ese ordenamiento y el acompañamiento”, destacó en Los Primeros.

A Salud, la UNT se destinan $39.694.884,00 a repartir de forma igualitaria entre las Facultades de Bioquímica, Química y Farmacia, Medicina, Odontología y Psicología. A Ciencia y Técnica se otorgan $18.367.824,00. Del Presupuesto de Educación y Cultura, donde se concentran casi todos los gatos de la UNT, se desprende que cada una de las 13 Facultades de la Universidad cuentan con un Presupuesto propio, que en gran parte se destina al pago de sueldos de su personal.

Facultad de Agronomía y Zootecnia: $486.500.698,19

Facultad de Arquitectura Y Urbanismo: $445.612.667,63

Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia: $561.453.810,58

Facultad de Ciencias Económicas: $429.844.525,24

Facultad de Ciencias Exactas: $856.095.132,62

Facultad de Ciencias Naturales: $432.646.454,89

Facultad de Derecho y Ciencias Sociales: $393.046.930,64

Facultad de Filosofía y Letras: $654.526.016,30

Facultad de Medicina: $680.665.703,38

Escuela de Enfermería: $113.033.724,31

Aguilares (Enfermería): $28.995.304,78

Facultad de Odontología: $397.733.860,94

Facultad de Artes: $374.701.932,67

Facultad de Psicología: $224.637.969,27

Facultad de Educación Física: $232.090.363,44

El Rectorado de la UNT tiene un Presupuesto asignado de $258.392.301,68, pero a ello se le suman gastos de funcionamiento por $307.425.000, contra $69.300.000 de las 13 Facultades ($4.950.000 cada una), $22.275.000 para las Escuelas Universitarias y además $17.314.230 para las Secretarías del Rectorado. De los gastos de funcionamiento de la Casa de Altos Estudios, el 73,85% se destina al Palacio de calle Ayacucho al 400 y sus dependencias; el 16,65% a las 13 Facultades donde acuden a diarios sus miles de estudiantes y docentes; el 5,35% a las Escuelas Universitarias; y el 4,16% a las secretarías del propio Rectorado.

Del Informe de Autoevaluación Institucional de la Universidad Nacional de Tucumán 2019, se desprende que el Rectorado y sus dependencias contaban en ese momento con 1150 trabajadores no docentes tanto del Palacio de calle Ayacucho al 400 como en las Secretarías del mismo. Los Gastos de Funcionamiento contemplan los bienes de consumo, los servicios no personales y los bienes de uso.

Los Bienes de consumo son “los materiales y suministros consumibles para el funcionamiento de los entes estatales, incluidos los que se destinan a conservación y reparación de bienes de capital. Incluye la adquisición de bienes para su transformación y/o enajenación ulterior por aquellas entidades que desarrollan actividades de carácter comercial, industrial y/o servicios, o por dependencias u organismos que vendan o distribuyan elementos adquiridos con fines promocionales luego de su exhibición en exposiciones, ferias, etc. Las principales características que deben reunir los bienes comprendidos en este inciso son: que por su naturaleza estén destinados al consumo final, intermedio, propio o de terceros, y que su tiempo de utilización sea relativamente corto, generalmente dentro del ejercicio”.

Los servicios no personales corresponden a “servicios para el funcionamiento de los entes estatales destinados a la conservación y reparación de bienes de capital. Incluye asimismo los servicios utilizados en los procesos productivos, por las entidades que desarrollan actividades de carácter comercial, industrial o servicios. Comprende: servicios básicos, arrendamientos de edificios, terrenos y equipos, servicios de mantenimiento, limpieza y reparación, servicios técnicos y profesionales, publicidad e impresión, servicios comerciales y financieros, etc.”.

Finalmente, los Bienes de uso son “aquellos gastos que se generan por la adquisición o construcción de bienes de capital que aumentan el activo del Sector Público en un período dado siendo estos los bienes físicos, construcciones y/o equipos que sirven para producir otros bienes o servicios, no se agotan en el primer uso que de ellos se hace, tienen una duración superior a un año y están sujeto a depreciación. Incluye, asimismo, los activos intangibles. Deberán incluirse los gastos generados por la adquisición y construcción de bienes de uso propios y aquellos adquiridos o construidos para ser transferidos a terceros”.

Las 13 Facultades de la Universidad Nacional de Tucumán tienen un gasto de funcionamiento de $4.950.000,00 cada una, totalizando $64.350.000. A ello se suman los $2.475.000 para la Escuela de Enfermería y la sede de Aguilares, es decir $4.950.000 más. Así, se destinan $69.300.000 al funcionamiento de las 13 Facultades y las Escuelas de Enfermería, contra los $307.425.000,00 que demanda poner a andar el Rectorado y sus poco más de mil trabajadores nodocentes y las autoridades.

La publicación señala que “s imposible dilucidar en qué se gastan más de 300 millones anuales para el funcionamiento del Palacio, que incluso luce semivacío y con poca actividad por las mañanas y casi nula por las tardes. Una verdadera Caja Negra dentro de la UNT, máxime considerando que en 2020 y 2021 el Rectorado permaneció prácticamente cerrado, con actividad presencial mínima, por lo que justamente su ‘funcionamiento’ se vio drásticamente reducido en el marco de la pandemia. Incluso, las reuniones de Consejo Universitario se desarrollaron de forma virtual”.

“Por los pasillos del Rectorado como en las unidades académicas se estima que esos millonarios fondos se utilizan y han utilizado históricamente para costear viajes, el uso de vehículos oficiales y principalmente la histórica injerencia de la Universidad en la política tucumana, con célebres denuncias de desvío de fondos para solventar las candidaturas principalmente de referentes radicales que terminaron en la Justicia”, señala el sitio El Tucumano.

 

 

fuente: contexto

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