A la espera de que el escrutinio definitivo defina quién será la nueva intendenta de San Miguel de Tucumán, surgen datos importantes del recuento provisorio.
El voto en blanco y el corte de boletas parecen haber perjudicado a Beatriz Avila en su contienda frente a Rossana Chahla. La candidata peronista hasta ahora está ganando por unos 2 mil votos. Avila hasta ahora perdió unos 11 mil votos por el corte de boleta.
La fórmula conformada por Sánchez y por Germán Alfaro, como postulante a vicegobernador, por caso, cosechó 137.259 sufragios en la sección Capital; 11.018 más que Ávila. Es decir, todos esos electores se tomaron el trabajo de cortar de la boleta de Juntos por el Cambio la parte de la categoría de Intendente.
La diferencia, en el caso de Chahla, respecto de la dupla integrada por Jaldo y por el ministro del Interior, Miguel Acevedo, como candidato a vicegobernador, no solo fue menor, sino que, además, favorece a la diputada: 128.240 votos, frente a 125.797 de Jaldo-Acevedo.
En tanto, el voto en blanco en la categoría intendente superó significativamente al que se dio para gobernador.
En efecto, mientras que en la categoría gobernador el voto en blanco alcanzó los 7.808, en la contienda de postulantes a intendente este ítem sumó 10.489 -según datos provisorios, con casi el 85% de las mesas escrutadas-. Es decir, 2.681 electores votaron para gobernador, pero dejaron en blanco la opción para intendente. El número resulta mayor a los 1.999 sufragios que separan a Chahla (128.240) de Ávila (126.241).