Si bien la sustracción ilegal de alimentos y otros productos de los supermercados de Catamarca siempre existió, en el último mes se registró un marcado incremento en los casos oficialmente reportados por la Policía de esa provincia, sin contar los robos violentos o asaltos.
En el plano judicial por lo general estas sustracciones son calificadas como hurto, porque básicamente, al momento de ser cometido el delito no se ejerció violencia directa.
Según fuentes policiales, en lo que va de enero fueron arrestadas 16 personas en distintos hechos ocurridos en los principales supermercados ubicados en la Terminal de Ómnibus, el microcentro y en la zonas periféricas de la Capital.
Cerca del 70 por ciento de los casos fueron protagonizados por hombres cuyas edades van de los 21 a los 70 años. El 30 por ciento restante se reparte entre adolescentes -la mayoría de entre 16 y 17 años-, y mujeres.
Entre enero y agosto de 2023, en promedio fueron arrestadas seis personas por mes. La cantidad comienza a crecer sensiblemente a partir de septiembre y el promedio hasta diciembre incluido llega a 10 arrestos mensuales.
Con 16 robos o hurtos ocurridos en enero de este año la tendencia alcista se consolida con la novedad de que además, hay supermercados de menor envergadura, almacenes y kioscos afectados.
Encargados de varios comercios y supervisores de servicios de seguridad privada coincidieron al señalar que desde noviembre la sustracción de alimentos se acentuó, haciendo hincapié en que “no necesariamente llevan golosinas”.
Se pudo conocer que creció el robo de caldos, fideos secos, sobres con polvo para preparar jugo, gelatinas, galletas, cortes de carne y quesos y bebidas. Mientras se mantiene constante la sustracción de productos textiles y de electrodomésticos, eventualmente crece el robo de productos de tocador, jabones, perfumes y desodorantes.
La mayoría de los sospechosos, antes de ser arrestados son interceptados por guardias de seguridad, quienes posteriormente dan aviso a la Policía que a la vez da intervención a la fiscalía de turno, desde donde se ordenan las medidas a cumplimentar.
También se repiten pero con más regularidad, los casos de clientes que aparentemente olvidan pasar por la caja algún producto y al intentar salir del local son delatados por sistemas de alarmas o por personal de guardia que lo vio realizando una maniobra extraña.
“Hay personas a las que ya tenemos identificadas o marcadas y que roban. Las agarran y al tiempo vuelven. Pero en el último tiempo vemos que hay más hombres, muchos que son grandes y uno se sorprende”, explicó un empleado de una importante empresa distribuidora del este de la ciudad.
En cuanto a los hechos registrados en kioscos y almacenes de barrio, se conoció que los maleantes aprovechan los horarios en los que se produce mayor concurrencia de clientes o simplemente el descuido del encargado, para robar “lo que encuentran a mano. Hasta la calculadora te llevan”, manifestó Luis Gómez, propietario de un local en zona norte.
Otros comerciantes manifestaron su preocupación por el hallazgo de paquetes con alimentos abiertos y vaciados -a veces a medias- y abandonados en las góndolas.
Señalaron que suelen ser envoltorios de galletas, chocolates y alfajores, entre otras golosinas.
fuente: elancasti