El fiscal Diego Luciani no solicitará que se ejecute la sentencia, tras la decisión de la Cámara de Casación de rechazar el recurso extraordinario. Resta que la Corte Suprema se expida ante un eventual recurso de queja.
Fuentes judiciales confirmaron que el fiscal general Diego Luciani no solicitará la detención de la expresidente y actual titular del PJ Cristina Kirchner para que comience a ejecutarse su condena en la causa Vialidad, luego de que el viernes pasado la Cámara Federal de Casación Penal decidiera rechazar el recurso extraordinario que presentó su defensa para recurrir ante la Corte Suprema. El camino que le queda a la exvicepresidenta y al resto de los imputados es acudir mediante un recurso de queja para que el máximo Tribunal lo analice. No existen plazos prefijados para que se pronuncie.
Pese a que como posibilidad existía, el motivo principal para que el Ministerio Público Fiscal no avance en un intento para que la condena comience a hacerse efectiva se apoya en el Código Procesal Penal que en su artículo 375 indica que “sólo podrán ser ejecutadas las sentencias firmes. El órgano jurisdiccional remitirá a la oficina judicial copia de la sentencia para que forme la carpeta de ejecución penal y pondrá en conocimiento al juez y a las partes que intervengan”. Pero que se ve complementado por la Resolución 1/2021 de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal que comenzó a regir en febrero de 2021.
A partir de allí se dispararon las elucubraciones respecto a qué actitud adoptaría Luciani -el fiscal del juicio Vialidad- y a lo que podría resolver la Corte Suprema, en plena discusión por su integración y con miras al 3 de abril, fecha convocada por el Senado para una sesión especial que pueda tratar los pliegos de los candidatos propuestos por el Gobierno.
Cuando Juan Carlos Maqueda estaba en funciones, resucitaron las versiones de que proyectaban que la Corte se apuraría a tomar una decisión respecto a la viabilidad del recurso (el de queja) a través de la “plancha” del artículo 280, destinadas a forzar un desenlace en el Senado que reconfigure al máximo Tribunal. Ahora, con la firma de Manuel García Mansilla. En este contexto, la guerra de sensaciones está desbloqueando nuevos niveles.