Otro policía detenido, esta vez con prisión preventiva por dos meses, y el cierre de un grupo virtual en el que se compraban y vendían videos, fotos y servicios sexuales, integrado por miles de tucumanos, fueron los primeros resultados de la valiente actitud de una joven que, tras sufrir un abuso sexual, descubrió que su atacante se había encargado de difamarla de la peor manera.
La joven fue forzada en marzo a intimar, por un policía y con quien había tenido una relación pasajera años atrás y poco después empezó a recibir mensajes por WhatsApp de desconocidos que le pedían condiciones para contratar los servicios sexuales que ella ofrecía, sin que se haya dedicado jamás a esa actividad.
La víctima, cuyo nombre se reserva, consiguió que uno de los interesados en sus supuesta oferta, le explicara lo que estaba sucediendo, llegando así a descubrir que sus datos de contacto estaban registrados en un grupo de Telegram llamado “Contenido Tucumán”, y que fue su abusador quien los había publicado a manera de venganza por haberse negado a tener relaciones con él.
La valiente joven realizó la denuncia en la seccional 1ª y de allí fue trasladada a la Unidad Fiscal de Decisión Temprana.
En principio, la justicia definió lo sucedido como un simple caso de calumnias, lo que derivó en que fuera archivada, pero la denunciante buscó otro camino y se comunicó al número telefónico de ayuda de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia.
Nueva denuncia
Una profesional que se interesó en lo que narraba, la asesoró para que presentara una nueva denuncia y exhibiera todas las pruebas que había conseguido en la indagación particular que la había llevado a colarse en el grupo de Telegram y desentrañar su oscuro funcionamiento.
Acudió entonces ante el Ministerio Público para realizar una nueva exposición algo que le resultó imposible debido a que la reestructuración recientemente aplicada, derivó en que no se hubiera determinado que fiscalía se haría cargo de si caso.
Ante este nuevo obstáculo, la denunciante decidió que era hora de hacer público lo que le había pasado, logrando recién entonces que la justicia intervenga.
El martes, la fiscalía que conduce Augusto Zapata se comunicó con ella, mientras desde Trata de Personas, avanzaban sobrte el espacio virtual de intercambio de contenidos sexuales.
Entrega de celular
El miércoles, con el respaldo legal de los abogados Agustina Recalde y Patricio Char, la mujer denunció el ataque del que había sido víctima y expuso los resultados de la pesquisa que realizó por sus propios medios.
“Me preguntaron si podía entregar el celular para que sea analizado, pero me negué a hacerlo porque todo lo que tenían que saber se lo había presentado”, detalló luego de comparecer ante los funcionarios judiciales.
El fiscal Zapata analizó lo expuesto y requirió un allanamiento y la aprehensión del denunciado, lo que derivó en que el miércoles por la tarde, personal de Trata, comandados por los comisarios Marcelo Soraire y Florencia Rodríguez, detuvieran al agente, de 30 años.
El acusado prestaba servicios en Casa de Gobierno, pero al ser reconocido como uno de los uniformados que integraba el grupo de sediciosos que intentó incitar una rebelión poco tiempo atrás, fue derivado a la comisaría de Alberdi.
Formulación de cargos
El viernes se llevó a cabo la audiencia de formulación de cargos, con un alto contenido emotivo por cómo se desarrolló el debate, ya que por un lado, hubo una agresiva estrategia planteada por el defensor del acusado, y por el otro, la firme exposición que hizo la víctima.
El imputado se habría defendido diciendo que había el encuentro sexual con ella habría sido consentido, que venían manteniendo el vínculo desde tiempo atr+as y hasta se refirió a supuestos gustos sexuales de la joven, lo que le costó un llamado de atención de la jueza Eliana Gómez Moreira, centrando su estrategia en afirmar que se trató de una denuncia por venganza.
La joven narró el calvario personal que sobrelleva desde que todo comenzó: “Me siento sucia hasta el día de hoy. El defensor dice que debería haber denunciado inmediatamente, pero a él le digo: ¿tiene hijas? Sabe que mi madre y mi padre nunca imaginaron que pasaría por esto. Bueno, lo mismo le puede pasar a usted”, advirtió.
Entre lágrimas continuó afirmando que “él me violó y me metió en un mercado de prostitución por Telegram. Se comportó como abusador y como proxeneta. Tengo miedo de salir a la calle porque los hombres son misóginos y me van a raptar o algo. Esta persona, como muchas otras, no puede seguir en la fuerza policial”, clamó.
Abuso sexual
La jueza Moreira aceptó que la imputación de abuso sexual planteada por las partes acusadoras y le aplicó arresto domiciliario por 60 días.
Una de las pruebas que tuvo en cuenta la jueza fue que el policía habría difundido los datos personales de la denunciante en el grupo “Contenidos Tucumán”.
La víctima descubrió que allí se compartían videos y fotos de mujeres de alto contenido erótico como “gancho”, y que los creadores cobraban una tarifa premium para poder acceder a otros contenidos exclusivos, aplicando una tarifa que se ajustaba a lo que el cliente pretendía.
Al policía, cuya continuidad en la fuerza debería terminar de inmediato, las autoridades le secuestraron el celular para que sea peritado, ya que los investigadores están convencidos de que allí podrán conseguir información clave para avanzar con la investigación y dar con los responsables del grupo, que se cree ya habría sido eliminado por estos.