El confinamiento estricto decretado en marzo 2020, y que se extendió sucesivos meses, sin dudas golpeó a los trabajadores argentinos. Sin ATP ni prohibiciones para los despidos, los números indican que el más dañado fue el empleo informal.
Otro gran número de trabajadores decidieron retirarse del mercado laboral, adelantando su retiro (en el caso de personas mayores), saliendo para hacerse cargo del cuidado de niños o mayores (en el caso de mujeres) o directamente desalentados por las malas perspectivas, llevando la tasa de inactividad a un récord para los últimos años.
Lejos de haberse acomodado al golpe de la pandemia, ahora se enfrenta la certeza de que se está atravesando la segunda ola, ya que el número de contagios está alcanzando niveles récord. ¿Qué pueden esperar los trabajadores? Es probable que a medida que se vuelvan a sumar restricciones a la circulación, lo más golpeados sean nuevamente los trabajadores informales. ¿Qué pasará con los salarios? Van a volver a perder con la inflación. Con una tasa de inflación del 4,8% mensual como la de marzo, es imposible que se compense con aumentos. Intentar compensar la inflación con mayores aumentos de salarios solo servirá para acelerar el incremento de los precios.
Las prioridades son acelerar el plan de vacunación y encontrar las vías más eficaces para morigerar los contagios respetando los límites que impone el cansancio generalizado. Pero lo importante es aprovechar la crisis para abordar el ordenamiento del sector público.
fuente: idesa