En un claro plan de lucha, la actual conducción de la CGT, avalada por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, confirmará el próximo martes, día de la movilización al ministerio de Producción, que a fines de marzo llamará a un paro general. “Hay mucho malestar”, resumió a Clarín el triunviro de mando, Juan Carlos Schmid. Eso sí: hay posturas disímiles respecto de si se anunciará la fecha exacta ya que solo se sabe que será para fines de marzo. En un diálogo que data de algunos días con Clarín, el triunviro Carlos Acuña contó que le encantaría que fuera el 30 de marzo porque ese día, pero de 1982, “marchamos junto a Saúl Ubaldini y yo terminé encanado”.
El suspenso viene dado porque algunos dirigentes consideran, como parte de una estrategia, que el llamado al paro “sin fijar fecha podría abrir un canal de diálogo directo con Mauricio Macri” y en caso de no haber cambios en el rumbo económico ahí “sí” llamar a la huelga.
El portuario Schmid llegó al asado en Azopardo, del que participó la treintena de miembros del Consejo Directivo junto a Moyano y Barrionuevo, con el apoyo a la marcha de todos los gremios de su sector. Los había reunido por la mañana en la Fempinra (Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval) y recogió un muy mal clima contra el Gobierno. Más allá de la situación política y económica, los afecta en lo particular el traspaso del puerto de Buenos Aires de Nación a la Ciudad. Una problemática que involucra hasta unos 7.000 trabajadores.
El vocero de la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte Terrestre, el aeronavegante Juan Pablo Brey, confirmó a Clarín que el viernes habrá una reunión para avanzar en los preparativos del 7.
Y Barrionuevo se preguntó, en modo retórico y para mostrar el mal ambiente reinante (su sindicato está siendo afectado por el cierre de más de 5.000 comercios), si no habría que ir directamente a la huelga. Un dirigente de peso dijo a la salida del cónclave: “El escenario de acá a abril es de conflictividad”.Postales del clima intrasindical.
Resultó llamativo el faltazo al asadode Antonio Caló y su coequiper en la UOM, Francisco “Barba” Gutiérrez. Los gremios metalúrgicos son los que irán a la cabeza de la movilización. Ninguno de los secretarios generales consultados por este diario esbozó un análisis, pero algunos esbozaban que “la ausencia evitó un cruce con Moyano”. El contrapunto viene a cuenta de que Pablo Moyano (quien ayer tampoco fue al convite tal como se anticipó) amenazó la semana pasada con irse de la Central obrera luego de la movilización, por conflicto internos, justamente con Gutiérrez. Pese a que se especulaba con que Hugo aclarara la cuestión, el tema no se tocó.
Lo cierto es que la CGT va firme a la movilización pero el tema se puso tenso cuando se discutió el tema de algunas adhesiones a la marcha que, para varios dirigentes, “son incómodas y muy difíciles de tolerar”. Voceros cegetistas indicaron a Télam que “muchas adhesiones, como la de la ex presidenta Cristina Fernández, ‘no convencen’ a la CGT, pero hay otras presenciadas que son rechazadas de plano por el arco gremial, como son los casos de la agrupación Quebracho con Fernando Esteche a la cabeza, o el partido Miles, de Luis D’Elía.
No obstante, más allá de esos cruces por los acompañamientos políticos, el viernes la CGT estará en La Matanza con la intendenta kirchnerista Verónica Magario. También participarán de estos paneles de debate representantes de la CGERA, una cámara empresaria que nuclea a Pymes y que estuvo vinculada a ese espacio político aunque sólo durante la presidencia de Néstor Kirchner.
Fuente: Clarín