“Ustedes no hacen nada. Mientras se sientan ahí, nosotros nos morimos de hambre por su culpa“, le dijo un nene a los concejales de la localidad de Concepción en una audiencia pública en la que se debatía un proyecto para eliminar el cobro de las tasas municipales en las boletas de electricidad. Lo hizo entre lágrimas y en medio de un reclamo de un grupo de vecinos ante la grave crisis económica.
El momento fue registrado por la cámara de un teléfono celular y el video se hizo viral. Fue tanta la repercusión que los mismos habitantes de Concepción comenzaron a pedir a las autoridades que ayudaran especialmente a la familia del chico que se animó a hablar en la sesión. Fue así que el intendente Roberto Sánchez (Cambiemos) mandó a llamar a Analía, la mamá del nene, para conocer la situación de la familia y prometerle un empleo. Pero en realidad todo terminó siendo una puesta en escena, un engaño, y hoy la mujer se encuentra en la misma situación.
Todo comenzó cuando desde la Municipalidad la llamaron para decirle que tenía un trabajo asegurado en la nueva terminal de ómnibus de Concepción, en el área de maestranza. Analía estaba contenta pero se mantenía cauta hasta no asegurarse que efectivamente iba a ser contratada. Y algo de razón tenía, ya que no iba a ser tan fácil.
Un integrante del equipo de prensa oficial, que se identificó como Carlos Gómez, se contactó nuevamente y le dijo que el intendente Sánchez quería sacarse una foto con ella y sus hijos. La mujer se negó, su actitud causó enojo en los asesores del jefe municipal: le recriminaron que no haya querido fotografiarse con Sánchez y le exigieron que debía pedirle perdón. Analía se negó nuevamente.
El funcionario le ordenó entonces que debía filmar un video en la Terminal si quería que le dieran el trabajo. Un chantaje. La mamá del nene, desesperada por su grave situación económica y acaso por miedo, dio el sí a la propuesta.
“Yo acepto hacer el video, pero sin decir nada”, dijo la mujer al medio tucumano y relató lo que pasó el día que la convocaron. “Viene el director de la Terminal, empieza a hacerme preguntas como si fuera una entrevista laboral, pero se reía cuando yo le respondía, como si me tomara el pelo. Da por terminada la charla y me dice: ‘Muy bien, quedamos así, Analía, vaya con las chicas´”, contó. Todo era incertidumbre.
Justo en ese momento, el funcionario de prensa se acercó y armó el video. Tomó el uniforme azul de una de las empleadas de limpieza, le pidió a Analía que se lo pusiera y que comenzara por el hall central, con un escobillón. “Después de eso, no volví a saber nada más. Me hicieron actuar para la foto pero nunca me dieron el trabajo“, denunció.
Ante el engaño, Analía irrumpió en el Concejo Deliberante de Concepción a los gritos y exigió que le dieran el trabajo. “¡Me han hecho hacer un teatro en la Terminal! ¡Me han sacado la plata! Se la pasaban de mochilita en mochilita. ¡Sinvergüenzas! ¡Canallas! ¡Canallas! ¡Que dé la cara el intendente! ¡Sinvergüenzas! ¡Todos ustedes son una manga de ratas!”, dijo la mamá del nene en medio de llanto y golpeando la puerta. Estaba completamente desconsolada. Sin embargo, no recibió respuesta.
El concejal Ramiro Beti, también de Cambiemos, que casualidad, dijo que desde Recursos Humanos informaron que tanto Analía como su esposo están dados de alta para trabajar allí, aunque en los últimos días “no se estarían presentando”. “Al encargado, el licenciado Batallán, y a la contadora Eugenia Villagra, les vamos a solicitar un informe para adentrarnos en la situación”, sostuvo.