La víctima perdió uno de sus brazos, quedó con poca movilidad en el otro y también sufrió graves heridas en una de sus piernas, lo que prácticamente le impide caminar.

Claudio José Gómez (51), un diseñador gráfico que trabajaba colocando equipos de aire acondicionado, caminaba por la calle Helguera al 5.300 de la localidad bonaerense de Wilde el 19 de abril de 2021 cuando fue sorprendido y atacado brutalmente por tres perros de raza fila brasileño. La agresión fue feroz: la víctima perdió uno de sus brazos, quedó con poca movilidad en el otro y también sufrió graves heridas en una de sus piernas, lo que prácticamente le impide caminar.

Por el atque bestial se inició una causa judicial y en las últimas horas el dueño de los perros Jorge Fernando Sofraniciuk (52), quien estuvo detenido desde abril del año pasado, fue condenado a seis años y medio de prisión. En un fallo sin precedentes, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 del Departamento Judicial Avellaneda-Lanús lo halló culpable del delito de lesiones gravísimas dolosas.

El salvaje ataque fue registrado por una cámara de seguridad. Las imágenes muestran que, cerca de las 9.30 de aquella mañana de 2021, los perros arremetieron contra Gómez mientras el diseñador gráfico caminaba por una vereda.

Me encuentro con tres perros grandotes, de los cuales uno gira la cabeza y hace contacto visual conmigo. Habré hecho tres pasos y el perro que me estaba gruñendo, me agarra de la pierna y yo atino a agarrarme de un árbol. Ahí se me vienen los otros dos”, relató la víctima.

Y continuó: “Me empiezan a morder los tres. Yo me agarraba de un tronco y me bajan los pantalones, entonces pierdo el equilibrio y caigo, y me atacan entre los tres. El que me estaba agarrando la pantorrilla, suelta, y me agarra del brazo derecho, yo ya desnudo y tirado en el piso, mientras los otros me mordían las piernas, los pies y el otro brazo izquierdo. El grandote que me agarró el brazo derecho, me lo comió y vi cómo se lo tragaba”.

Varios vecinos de la cuadra trataron de intervenir ante la desesperante situación y les comenzaron a arrojar agua, palos, piedras y hasta un matafuegos a los animales. Un hombre, además, se subió con su vehículo a la vereda para espantarlos, sin éxito. Otro tomó un cuchillo y le asestó varios puntazos a uno de los canes. Para entonces, Gómez ya se encontraba tendido suelo sin resistencia alguna. Los vecinos, finalmente, pudieron alejar a los perros, que tras ello fueron a atacar a otro.

La víctima perdió el brazo derecho y la movilidad en la pierna izquierda a consecuencia de las lesiones. Estuvo tres meses internado en terapia intensiva. El ataque también le dejó problemas de movilidad en el brazo izquierdo y hoy en día debe ser asistido constantemente por otra persona. Su abogado, Javier Raidan, contó que anteriormente llevaba una “vida normal” y gozaba de “salud plena”. Ahora, debido a su condición, inició los trámites para jubilarse por invalidez.

Durante el juicio, tanto la querella como la fiscalía, representada por Natalia Millone, pidieron la pena máxima para casos de delitos de lesiones gravísimas dolosas, es decir, 10 años de cárcel. Para ello tuvieron en cuenta algunos antecedentes: según contaron los vecinos, los mismos perros ya habían atacado a otros -a dos incluso los mataron- y también a personas. Y a pesar de esto, Sofraniciuk no había tomado las medidas necesarias para evitar que se escapasen de su domicilio.

Eso mismo consideró el juez Martín Pizzolo en su sentencia, en la que responsabilizó al dueño por “omitir la obligación de adoptar medidas de seguridad y prevención en su domicilio, donde se alojaban los canes de raza fila brasilero, siendo ésta potencialmente peligrosa, no contando con estructuras suficientemente resistentes y de dimensiones adecuadas que impidan que los perros escapen”.

Para el magistrado, Sofraniciuk asumió “como probable la reiteración de las conductas agresivas, pero obvió tomar medidas” precautorias.

El dueño de los canes fue condenado en un fallo sin precedentesEl dueño de los canes fue condenado en un fallo sin precedentes

Raidan repasó en diálogo con TN que, tras la agresión, dos de los perros “fueron secuestrados y llevados a Zoonosis de la Municipalidad de Avellaneda y al tiempo fueron devueltos”. El restante murió a causa de los puntazos recibidos durante el hecho. En el debate, la querella pidió que se evalúe la posibilidad de someterlos a eutanasia.

El letrado, además, adelantó que su defendido iniciará una demanda por daños y perjuicios contra Sofraniciuk, quien durante el juicio pidió disculpas por lo sucedido. “Aparentemente, fue algo que se escapó de su control pero en el juicio se demostró que no había tomado medidas para evitarlo. Había mucha prueba que dejaba en evidencia su falta de responsabilidad para cuidar a los perros”, concluyó Raidan.

 

 

 

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