“Las características del accidente indican que no va a haber sobrevivientes”, sostuvo el titular de la ANAC.
El titular de la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC), Juan Pedro Irigoin, confirmó hoy que fueron hallados “restos humanos” en la avioneta caída en el delta del río Paraná Guazú,encontrada el sábado último tras 26 días de búsqueda, y estimó que “no” habrá “sobrevivientes”.
“Entiendo que así es”, respondió Irigoin consultado al respecto por radio Continental, aunque añadió: “Este hecho está a cargo del Juzgado N 2 de la doctora (Sandra) Arroyo Salgado. Todo lo que sea forense es responsabilidad del Juzgado”. Sin embargo, estimó: “Las características del accidente indican que no va a haber sobrevivientes”.
El titular de la ANAC, luego, dijo comprender que “se critique” la búsqueda porque “se sobrevoló el área” donde se halló la aeronave “50 veces”, pero consideró “increíble que finalmente” la encontrara el organismo que encabeza.
“Las características del delta (del río Paraná Guazú) son variantes, dinámicas, y uno no ve lo mismo cuando sale dos días seguidos: hay bajantes del río y lluvias que mueven las cosas”, argumentó.
Con el hallazgo de los restos del avión en un área pantanosa, cubierta de vegetación, de la costa norte del brazo Paraná Guazú, en jurisdicción de Entre Ríos, cesó la tarea de la ANAC. En su lugar, comenzó a trabajar la Junta de Investigación de Accidentes de la Aviación Civil (Jiaac), que será la responsable de difundir los resultados de las investigaciones a su cargo para determinar qué sucedió.
La jueza Arroyo Salgado, un médico forense, el fiscal, el secretario del juzgado y un abogado de cada familia de los tripulantes y el pasajero accedieron ayer al lugar del hallazgo, según informaron desde la Jiaac.
La angustia de los familiares
Ayer, en el aeropuerto de San Fernando el desasosiego y el silencio marcaron la jornada. A menos de 24 horas de haberse encontrado los restos del avión perdido el 24 de julio seis minutos después de despegar de esa pista, las familias de los pilotos y del único pasajero e hijo del dueño del avión no se cruzaron.
Cada grupo familiar fue instalado en un hangar. No hubo contacto del periodismo con ningún allegado a los tres tripulantes de la nave, incluso se vedó el acceso al predio. Una férrea custodia controló que sólo ingresaran a esa aeroestación sus empleados y los vehículos que trasladaron pasajeros con destinos previstos.
Sólo la esposa de Matías Ronzano, Ángela Barbero, hizo pública su tristeza. Por medio de Facebook, la mujer del piloto comercial, con quien tiene una beba de 10 meses, dijo seguir con “la esperanza intacta” de encontrar al joven de 30 años y pidió “rezar por un milagro”.