La Cámara Penal ratificó el fallo del Tribunal Oral Criminal 1 de Morón, que en abril pasado concedió el beneficio del “2×1” al sacerdote Julio César Grassi, quien había sido condenado a 15 años de prisión por abuso sexual agravado a menores.
Luego de condenarlo, el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón había realizado un cálculo de la pena que debía cumplir debido a los años que Grassi había pasado en prisión preventiva, y concluyó que al cura le restan cumplir aún nueve años, cuatro meses y 20 días de condena, por lo que estará detenido hasta el 10 de agosto de 2026.
De acuerdo con la resolución, en el momento de ser emitida, Grassi llevaba cumplidos tres años, nueve meses y veinte días de su condena, lapso que se computa como “2×1”por ser cumplido antes de que la sentencia quede firme.
El 21 de marzo pasado, la Corte Suprema de Justicia confirmó la condena a Grassi por “abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado, dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada“.
Grassi fue condenado en 2009 a la pena de 15 años, pero permaneció en libertad hasta septiembre de 2013, cuando perdió el beneficio de la libertad vigilada de la que gozaba ante el fallo de la Corte Suprema.
Para el Tribunal, Grassi fue responsable del abuso de “Gabriel”, hechos que habrían tenido lugar en la “Casa San Juan Bosco” de la Fundación, en Hurlingham, y los mismos promovieron una “desviación en la sexualidad aún en formación del menor“.
En cambio, Grassi fue sobreseído en los casos de abuso y corrupción de menores sobre “Ezequiel” y “Luis”, algo que también quedó firme tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia.
Los hechos por los cuales Grassi fue llevado a juicio trascendieron a la opinión pública a raíz de un informe del programa Telenoche Investiga, y el primer caso fue el de “Gabriel”, tras los cuales se sumaron otras más que llegaron a un total de 17.
Además, Grassi fue condenado en noviembre del 2016 a dos años de prisión por malversación de caudales a raíz de que pagaba con los fondos que manejaba la Fundación Felices los Niños una vivienda que el cura habitaba en la zona.