La selección de Brasil comenzó con el pie derecho la Copa América 2019. En el Estadio Morumbí de San Pablo, el conjunto anfitrión dio lo que podría ser un primer paso hacia un título que se le niega desde 2007 al imponerse por 3-0 a Bolivia. Tuvo un primer tiempo falto de claridad pero en el complemento lo ganó con goles de Philippe Coutinho y Everton.
Desde el inicio, el conjunto dirigido por Tite se adueñó del balón y comenzó a empujar a su rival contra su campo. Con Coutinho como conductor, junto a Richarlison, David Neres y Firmino como principales armas ofensivas, la selección brasileña merodeó de entrada el área de Carlos Lampe.
Ante la resistencia de la ‘Verdiblanca’, Brasil colocó a Dani Alves y Filipe Luis por dentro para tener superioridad numérica en la zona de gestación y favorecer a la circulación en medio del cerrojo del rival. Durante todo el primer tiempo Brasil impuso condiciones con su movilidad pero sin encontrar lucidez en ataque para abrir el marcador. Algunas tapadas de Lampe y varios cierres oportunos de la defensa boliviana dejaron el partido sin goles en la primera parte.
Al comenzar el segundo tiempo, Brasil volvió nuevamente a ser una aplanadora y encontró rápidamente la oportunidad de ponerse en ventaja porque a los 3 minutos tuvo un penal a favor. El árbitro argentino Néstor Pitana consultó con el VAR y sancionó correctamente una mano de Adrian Jusino dentro del área. Philippe Coutinho convirtió el gol que dio tranquilidad al equipo de Tite, que empezó a jugar más liberado ante un oponente más vulnerable.
Sólo dos minutos después, apareció nuevamente Coutinho para marcar el segundo gol. El jugador del FC Barcelona definió de cabeza tras una gran asistencia de Firmino.
Eduardo Villegas, DT de Bolivia, hizo las tres modificaciones a pocos minutos de segundo gol del equipo anfitrión pero estratégicamente siguió pegado al guión inicial y Brasil pudo sostener su ventaja sin sobresaltos. Incluso, aumentó la ventaja con un gol de Everton, jugador del Gremio, quien activó nuevamente el ataque por su velocidad y anotó un espectacular gol con un remate fulminante desde la medialuna del área.
De esta forma, pese a no tener a Neymar, Brasil dio un paso necesario en su afán de volver a ganar el torneo continental tras 12 años de sequía.
Brasil llega a esta Copa América tras dos eliminaciones consecutivas en cuartos de final, ambas por penales y frente al mismo equipo, Paraguay (2011 y 2015), y sin pasar siquiera la primera fase en la edición que organizó Estados Unidos en 2016. Por eso es que el público del Morumbí silbó al equipo al terminar la primera parte sin goles. La presión por ganar está ahí y Brasil también deberá ganarle a sus fantasmas en esta Copa América.