Por Manuel Rivas* / Entrevista. Compartimos el diálogo con el cantautor Coqui Sosa, en el programa de la SADE – Tucumán, “Letras al aire”, que conduce Alejandra Burzac Sáenz en Radio Universidad. El lanzamiento del disco número quince: “Coqui Sosa, mis canciones”.

Manuel Rivas (MR): —Coqui Sosa lanzó un nuevo disco y le podemos preguntar a él de qué se trata ¿Te parece Coqui Sosa?

Coqui Sosa (CS): —Buenas tardes, por supuesto. Es un placer charlar con ustedes para contarles sobre mi nuevo disco, que es el número quince de mi vida.

MR: —Lindo número el quince…

CS: —Sí, son quince discos en treinta y tres años de artista. No van a creer que tengo treinta y tres años… (risas)

MR: —No, pero estás impecable Coqui, podés decir tranquilamente otra edad.

CS: —(Más risas) No hay problema, porque, por otra parte, las edades y las arrugas dicen que también son una señal y mapa de lo que uno va recorriendo en la vida. Así que estoy orgulloso y contento de poder hacerlo porque la verdad, a ustedes los escritores les pasa igual, cada vez que a uno le toca llegar a un libro, un disco o una obra de arte, es todo un proceso.

MR: —¿Cuánto ha pasado de aquel primer disco?

CS: —En 1990 saqué mi primer disco que fue un long play. El otro día, me invitaron a Radio Universidad y me sorprendieron porque apareció mi disco, que lo tienen en la discoteca, firmado por mí con mucho cariño y eso es algo que emociona, porque cuando grabé ese disco pensaba para dentro mío: ¿volveré a grabar alguna vez? Y grabé algunos más que salieron a lo largo de los años y hoy tengo el número quince. Son logros que uno va alcanzando.

MR: —¿Cómo fue la gestación de este hijo número quince? ¿Cómo surge, en qué consiste?

CS: —Este disco reúne canciones que estaban editadas en distintos discos a lo largo de mi vida, que son de mi autoría o en coautoría con otros poetas como Pablo Dumit y Juan Carlos Martínez, entre otros. Logré reunirlas, porque hoy, si no están en las redes o internet es complicado poder difundirlas. A quienes nos gusta lo anterior nos pasa que no tenemos dónde reproducir los antiguos CDs, los cassetes, y ni qué decir los long play, porque se fueron rompiendo. A mí me pasa que tengo un tocadiscos y no puedo encontrar quién me lo arregle.

MR: —Los medios de difusión son distintos…

CS: —Definitivamente. Entonces, los discos que no fueron digitalizados, están complicados en materia de difusión, sumado a sellos discográficos que desaparecieron, porque este mundo tan complejo hace que muchas empresas, después de la pandemia incluso, hayan desaparecido. Fueron muchas cosas las que me impulsaron a empujar para que el disco pueda proyectarse y fundamentalmente dar a conocer mi obra.

MR: —¿Qué impronta le transmitiste a este disco?

CS: —Yo soy cantor que intento aprender a cantar, pero después sumé otras cosas. Son muchas las cosas que hoy me interesan fundamentalmente, como ustedes que están permanentemente difundiendo, promocionando la palabra, la poesía, para mí es muy importante que lo que yo canto deje un mensaje en la gente. Tengo una línea muy “yupanqueana”, muy “mercediana”, inspirada en el Cuchi Leguizamón, y en tantos grandes poetas. A mí me interesa que la gente sepa que lo que yo canto tiene un sentido, que no es solo, como decía Yupanqui, para el jolgorio o para el baile.

MR: —¿Qué nos podés decir del nombre del disco y las primeras repercusiones?

CS: —El disco tiene una línea de coherencia. En cuanto al nombre, no le dimos muchas vueltas y le pusimos: “Coqui Sosa, mis canciones”. Al principio me preguntaba cómo le llamamos y mi amigo el productor me preguntó: ¿Cuál es el nombre de lo que refleja? Y se respondió él mismo, al decir: son tus canciones. Sobre las primeras repercusiones, estoy contento porque salió el viernes, y esta es una de las primeras notas que vamos haciendo. Hay muchos amigos que se interesaron y por supuesto que estos nuevos discos se pueden escuchar por internet y por un número importante de posibilidades que se amplían, porque antes la distribución tardaba en llegar. Ahora se lanza un disco y en segundos ya está difundido en cualquier lado. Salió el disco y en una hora ya me llegaban mensajes de Israel, España, Perú, Chile, agradeciéndolo y haciendo comentarios muy lindos. Estoy muy contento por eso.

MR: —La tecnología ha dado esa posibilidad ¿Te llevas bien con ella?

CS: —Así es. Me gusta la tecnología, pero trato de ponerle el equilibrio del contacto humano, cara a cara, porque es fundamental encontrarnos, teniendo en cuenta la pandemia y cómo necesitábamos el abrazo, mirarnos, estar juntos. Es por eso que voy a salir a difundirlo a este disco, que me va a permitir ir a lugares en donde hace muchos años no voy, porque los últimos años estuve trabajando en eventos grandes y festivales, que son multitudinarios, pero que se pierde el contacto directo con la gente. Los eventos grandes te ponen una barrera muy grande, el escenario está alto y la gente no se puede acercar como antes a saludar, no sé por qué.

MR: —¿Cómo harás realidad esa cercanía?

CS: —Con este nuevo disco quiero disfrutar del contacto con la gente. Por eso estamos planificando los lugares que vanos a recorrer y cantar en lugares chicos. Te diría lugares con capacidad para cien, ciento veinte, doscientas personas, para que podamos compartir con la gente, charlarlo, preguntar. Hay que recuperar el contacto. Estoy armando la gira nacional, y estaremos en Córdoba, Bell Ville, Rosario, Junín, en la provincia de Buenos Aires; en el sur, en Neuquén, además de las presentaciones en Capital Federal, La Plata y Santa Fe. Se va armando una gira bastante linda. Y en el exterior, en setiembre viajo a Israel y a España. Viene bien el futuro.

MR: —¿Hay lugares que recorres en donde está impregnado el recuerdo de Mercedes?

CS: —A donde voy el recuerdo de mi tía está ahí. De hecho, en el disco hay una canción en homenaje para ella y otra en la que canto con ella. En el disco están ella y mi hermano Claudio de invitados. Yo la llevo siempre conmigo y tengo siempre el homenaje. En Radio Nacional estoy haciendo un programa para ella que se llama “Cantora del pueblo”. Es parte de mi vida, está en mi ADN y es una responsabilidad muy grande llevar el apellido.

MR: —Pero, más allá del vínculo sanguíneo, te tenía mucha fe y te puso muchas fichas…

CS: —Sí, fue muy generosa conmigo. Ella me decía que éramos amigos. Igual yo siempre la traté de usted. Para mí era una amiga, alguien muy presente en mi vida, que me llevó a cantar por muchísimos escenarios. Participamos en más de 50 shows, grabamos en tres discos y hubo giras internacionales. Fue una vida muy linda, compartida con alguien que fue tan gran artista como buena persona, buena compañera. A mí me dejó la vara muy alta, no para cantar como ella porque nadie podrá cantar como ella, pero si para practicar esa relación con el arte, porque ella siempre decía que amaba a los artistas y siempre compartía, no sólo con los músicos sino con los poetas, pintores, escultores, actores, lo que yo llamo la militancia cultural, Ese es el camino que aprendí, conocerlos a ustedes a mi amiga querida Alejandra que sé que está ahí escuchando…

MR: Estás haciendo esa militancia cultural de la que hablas…

CS: —Estamos construyendo con todos ustedes. Estamos armando algo muy lindo en Tucumán, porque nos dimos cuenta de que hay que caminar juntos, unidos. Mi tío Armando Tejada Gómez, tío del cariño y del corazón, decía que: “el arte no compite, suma”. Me siento muy orgulloso colaborando con la SADE, entremezclado, aprendiendo de ustedes, de gente tan linda. El otro día estuvimos en la UTN en donde con los poetas y escritores todo se activa, es increíble eso. Soy un agradecido a la vida, a Dios, a todos los compañeros que tienen algo para compartir, porque si uno no comparte, el arte no es lindo. En estos momentos en donde hay tristeza, el arte tiene que poner el equilibrio.

*Periodista, profesor de Letras e Historia y escritor.

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