Por primera vez desde 2010 se difundieron estadísticas de uso de drogas; se pasó de 590.000 a 1.500.000 usuarios de cannabis; 10.000 adolescentes presentan niveles de consumo problemáticos.

El narcotráfico se mueve con la lógica de los mercados comerciales clásicos: expande su oferta cuando la demanda se incrementa. Los volúmenes de incautaciones de drogas conocidos en los últimos años permitían vislumbrar una mayor circulación de sustancias ilícitas en el país. Faltaba un dato para verificar ese crecimiento: la estadística de consumo.

Desde 2010 no se conocían esas cifras. Hasta ayer, que el Gobierno difundió el informe de su secretaría antinarcóticos que da una explicación a la proliferación de puestos de ventas de drogas en los barrios. Mientras que hace siete años las bandas narcos tenían unos 590.000 clientes para sus dosis de marihuana, ahora hay 1.500.000 personas que demandan ese producto a lo largo de un año: un 150% más. Entre ellos, unos diez mil adolescentes tienen síntomas de un nivel de consumo riesgoso para su salud.

El presidente Mauricio Macri presentó en la Casa Rosada ese trabajo realizado por la Sedronar. “Hablar con la verdad es comunicar las cifras aunque incomoden”, dijo. El consumo de marihuana en el año 2016 alcanzó al 7,8% de la población entre 12 y 65 años. En 2010 ese registro fue de 3,2%.

También varió en forma considerable el consumo mensual de marihuana, que determina mayores niveles de riesgo. Pasó de 2,4% en 2010 a 5,4 en el último informe, basado en un trabajo de campo que alcanzó a más de 20.000 encuestados en todo el país durante 2016.

Entre quienes analizan el movimiento del narcotráfico y las adicciones se esperaba este documento. Es el primero desde el “fallo Arriola”, de la Corte Suprema, que declaró la inconstitucionalidad de punir la tenencia de drogas para consumo personal. Los datos señalan que tras esa sentencia se disparó el consumo de cannabis a una velocidad no igualada en otros períodos.

Los ministros de la Corte advirtieron que su fallo se ceñía sólo a un caso de posesión de 1,1 gramo de marihuana -un cigarrillo- y que debía ponerse énfasis en la prevención. Pero la decodificación social del fallo fue diferente y se consideró un permiso tácito para el consumo de marihuana. El mercado explotó.

En el documento presentado ayer por la Sedronar en la Casa Rosada se hizo referencia a que dos de cada diez consumidores de marihuana tienen síntomas de una adicción. Y que unos 10.000 niños y adolescentes presentan grados de dependencia de esa droga.

“La población en la que más creció el consumo es la de 12 a 17 años”, afirmó Roberto Moro, titular de la Sedronar. Agregó: “Nuestra estrategia tiene que estar puesta ahí, en ese grupo etario: por un lado, luchar fuertemente contra el narcotráfico y, por otro, generar programas de prevención” del consumo. Esa dependencia generada por la marihuana contrasta con ciertos discursos sociales que o bien señalan supuestos beneficios de esa droga -medicinales- o bien minimizan su riesgo en comparación con otras sustancias prohibidas. Pero el estudio señala que, así como tres de cada diez consumidores de cocaína exhiben síntomas de dependencia, el 21,3% de los consumidores de cannabis está en el nivel de la adicción.

Negocio narco

El mercado de la marihuana es uno de los negocios más fuertes del narcotráfico local, ya que el producto no usa a la Argentina como plataforma de lanzamiento rumbo a otros mercados (como en el caso de la cocaína), sino que ingresa al país para abastecer a los consumidores locales. Ese negocio logró dominar a un pueblo entero, como pasó en la localidad correntina de Itatí, donde la Justicia envió a prisión al intendente, al viceintendente y a otros funcionarios por formar parte de una red narco dedicada al tráfico desde Paraguay.

Un reciente sondeo realizado por la Fundación UADE, Voices! y la Oprenar demostró que sólo el 50% de los menores de 30 años consideraba dañino el consumo de marihuana. Esa idea también se expuso en el informe de la Sedronar, al revelar que el 12% de los niños y adolescentes entre 12 y 17 años consideraba la posibilidad probar drogas ilegales. Ese porcentaje representa a más de 190.000 potenciales nuevos clientes de los narcos. El éxtasis, con un incremento del 200% entre 2010 y 2017, experimentó una baja en la edad de inicio de sus usuarios de 16 a 14 años y medio.

El mercado de cocaína también se duplicó en siete años. De 150.000 consumidores en 2010 se pasó a casi 300.000 este año. Como se consignó, a mayor demanda se responde siempre con más oferta. No en vano en aquel informe de la Fundación UADE y Voices! se reveló que las acciones contra el tráfico son lo más importante hoy para enfrentar el problema de las drogas.

El documento de la Sedronar también advirtió sobre el abuso en el consumo de alcohol por parte de los jóvenes, con más de 80.000 adolescentes en riesgo. “El consumo de alcohol y sustancias ilícitas nos preocupa a todos como sociedad”, dijo la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley.

Fuente. La Nación

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